Iniciamos el noveno mes del calendario musulmán, concido internacionalmente por ser el mes en el que los musulmanes, por su fe y por sus creencias, practican el ayuno diario desde el alba hasta que se pone el sol.
El Ramadán coincide con la fecha en la que el profeta Muhammad recibió la primera revelación del Corán, el libro sagrado de los musulmanes que, entre otras muchas cosas, estabece los límites en las relaciones entre individuos y entre el individuo y la comunidad.
Durante el Ramadán, los musulmanes deben cumplir con el ayuno considerado como un método de auto-purificación por el que aprenden a tener fuerza y paciencia y, por lo tanto, a conocerse mejor.
Este mes sagrado tiene, además de una función religiosa, una sanitaria (purifica el cuerpo), mental (fortalece la voluntad) y moral (hace comprender lo que sufren las personas privadas de alimento).
Quiero felicitar a los ceutíes que profesan la religión islámica en este mes en el que se celebra la llegada de la palabra de Dios a la Tierra, contenida en el libro santo del Corán.
Feliz Ramadán.