No serán mil agentes los que envíe el Ministerio de Interior para blindar la frontera cuando, supuestamente, se quiten las concertinas pero, probablemente, la cifra se sitúe en unos sesenta, que se sumarán a los sesenta actuales, o al menos así lo desea la Delegación del Gobierno, que ha pedido tres MIR (Módulos de Intervención Rápida) de la Guardia Civil como medida de refuerzo del perímetro fronterizo. Fue, precisamente, una de las medidas que se puso sobre la mesa durante la visita de la secretaria de Estado, Ana Botella, la pasada semana y sobre la que ésta mostró su aprobación y se comprometió a trasladar a Madrid. Sin embargo, el tiempo apremia y la sede de la plaza de los Reyes desea que las dotaciones lleguen lo antes posible.
La frontera de Ceuta y Melilla constituyen una “prioridad fundamental” para el Gobierno de Pedro Sánchez. Fue la premisa con la que llegó a la ciudad Botella que ya sopesaba el incremento del número de efectivos, aunque, como señaló, apostando por la calidad en el ámbito de la investigación, inteligencia y más medios.
Sin embargo, la necesidad de más agentes viene motivada por unas necesidades que traspasan los cometidos propios de este cuerpo, dedicado en nuestra ciudad como labor fundamental al blindaje del perímetro fronterizo. Así, la llegada de más agentes será un apoyo y refuerzo a las unidades que se desplazan cada tarde a las inmediaciones con el paso aduanero donde ejercen labores de seguridad ciudadana. Un cometido que está siendo posible gracias al descenso de la presión migratoria.
La activación de lunes a jueves de una dotación de GRS en la frontera ha sido una de las piezas claves del nuevo engranaje que comenzó a funcionar la pasada semana donde, distribuidos en cuatros filtros de seguridad, actúan tanto para contener las posibles avalanchas como para impedir las transacciones de bultos de textil.
Aunque Delegación manifestó su intención de que la activación de esta dotación sería algo temporal y se barajó como medida excepcional para la primera semana, de momento, continúan actuando en la zona. Ya sea por esta unidad y su coordinación con el resto de agentes de la Benemérita presentes en la frontera, la estructura con la que se ha ensamblado a este nuevo mecanismo, o todos en su conjunto, lo que sí es cierto, es que las infernales tardes de avalanchas parecen haberse disipado de momento.
Con la llegada de tres dotaciones más, la plantilla de GRS de la Guardia Civil en Ceuta alcanzaría una de las cifras más elevadas que se recuerdan, alrededor de 120 agentes. Hasta hace un año se contaba con un total de cinco MIR, de los cuales, dos fueron enviados a Cataluña cuando estalló el conflicto. Desde entonces la ciudad se ha mantenido con tres unidades.