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Tras degollar y desollar a la res, ayer cocinaron el hígado y los callos antes de preparar los guisos con la carne.
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Los vecinos desvelaron en qué se fijan a la hora de adquirir el ejemplar y celebraron la fiesta en comunidad.
Miles de ceutíes sacrificaron ayer corderos para festejar la que es considerada como la mayor celebración del calendario musulmán: la Pascua del Sacrificio. Un rito que tuvo lugar después del rezo colectivo al aire libre que congregó a los fieles en la parcela de Loma Margarita, la explanada de Sidi Embarek y en las mezquitas que abrieron sus puertas.
Al concluir el rezo los musulmanes regresaron a sus casas, donde celebraron el sacrificio en callejuelas, porches, patios de vecinos o bien en alguna de las 22 carpas habilitadas por la Ciudad Autónoma. Los seguidores de esta confesión se cambiaron entonces sus mejores galas, con las que fueron a la musal-la, y se dispusieron a degollar al animal que dios puso en la trayectoria de la hoja de Ibrahim salvando así a su hijo. Una incisión de cuchillo en el cuello, con el ejemplar orientado hacia La Meca, precisa y rápida que provoca, además de un desangrado abundante, posturas contrapuestas acerca de las condiciones en que muere el animal.
Los vecinos se prestaron ayuda para que nadie se quedase sin cumplir con este precepto religioso, con especial atención a las viudas. “Del cordero se aprovecha hasta los andares”, bromeó una vecina de Loma Colmenar al compararlo con la castiza expresión sobre la matanza del cerdo. Ella misma fue quien desveló en qué hay que fijarse a la hora de elegir el cordero: “En la cola, en los dientes, en que sea joven y no un maduro, porque la carne está muy dura”. Por descontado, aseguraron, el ejemplar tiene que estar libre de “defectos”.
En los hogares de los musulmanes ceutíes ayer cocinaron a mediodía el hígado y, para cenar, los callos. En función de las preferencias, hoy podrán disfrutar de guisos de carne con especias y productos típicos de la sabrosa gastronomía árabe, como las ciruelas. Así hasta acabar con la pieza que este viernes desollaron, limpiaron y trocearon.
En las tiendas instaladas en Loma Colmenar, una de las barriadas que más ha crecido por la entrega de la promoción de las 317, los vecinos notaron el incremento de usuarios y reses, como explicó su presidente, Rafael García. “Trataremos con los matarifes de solucionar el problema porque no tenemos carpa arriba. Y este año tenemos el doble de borregos que el año pasado”, valoró este portavoz vecinal, quien lamentó el “percance” con el suministro de agua que los vecinos suplieron portando barreños desde sus casas.
Los operarios de la empresa Athisa se volvieron a encargar otro año de la recogida de los residuos animales en los puntos habilitados con este fin y el transporte para su procesamiento. Hamed Amin, uno de los trabajadores, distribuyó las bolsas especiales para este cometido en la zona de Loma Colmenar.
La Pascua del Sacrificio supone también la culminación de la Peregrinación a La Meca, uno de los cinco pilares del islam, y una oportunidad para reunirse con familiares y amigos. Unas fechas en las que compartir la fe y celebrar, que un año más, vuelven a estar unidos.