La Cofradía del Santísimo Cristo de la Encrucijada y María Santísima de las Lágrimas se ha encontrado “en el monte” y junto a escombros los enseres y respiraderos que iba a usar para reparar sus pasos después de que nadie alertase del inicio de los trabajos en la iglesia de San José, que había permanecido cerrada durante más de dos años mientras se cuadraban los presupuestos de reparación general y de su cubierta, que se vio afectada también por la pandemia de la enfermedad el coronavirus.
El Obispado de Cádiz y Ceuta y su Vicaría en la ciudad autónoma deberían mostrar mayor diligencia con el cuidado de su patrimonio.
Este periódico pudo mostrar ayer el estado en el que se encontraba el interior del templo coincidiendo con el inicio de los trabajos de desmontaje del techo y sustitución de correas, con multitud de objetos desperdigados sin el cuidado que hubieran merecido a través de una simple recogida previa para evitar daños de cualquier tipo evitables.
Los responsables de la Cofradía creyeron que los elementos que echaron en falta habrían sido trasladados a algún almacén municipal, pero no fue así. Ni la Vicaría, por un lado, ni la adjudicataria de las obras, que debería tener las instrucciones oportunas bien claras sobre los pasos a dar para su intervención, alertaron a la Hermandad del comienzo de los trabajos.
Lejos de aportar algún tipo de explicación, el Obispado se ha limitado a evitar que el estado del interior del templo de Hadú y de algunas de las imágenes y otros objetos que continúan en su interior puedan ser vistos desde el exterior. No es el primer síntoma de dejadez de la Diócesis en Ceuta, como le afeó la feligresía de la parroquia de La Almadraba, pero es obligatorio que sea el último.
Normal...el obispado lo cede a la ciudad. Se le arregla el chiringuito, y se le devuelve. Así , le sale gratis que le arreglen todos sus centros... despilfarro de dinero público