Hace ya más de un mes el contingente militar encabezado por
la Comandancia General de Ceuta llegó a Irak.
Fue el 26 de mayo cuando embarcaron en un avión desde Sevilla para iniciar la misión y relevar a la Brigada Extremadura que había sido la que encabezó el anterior durante un período de seis meses.
A partir de la salida de los mismos, ya quedan fuera de la órbita informativa de la Comandancia General de nuestra ciudad y pasan bajo la responsabilidad, desde el punto de vista de los medios de comunicación, del Estado Mayor de la Defensa.
Si uno observa la distintas páginas web oficiales del departamento se pueden ver informaciones, a lo largo de los últimos años, en relación con los distintos contingentes que han pasado por Irak, incluso con fotografías.
Aceptando incluso la invitación que se nos hizo desde la Comandancia General de Ceuta, hace unos diez días se estableció contacto con el gabinete de prensa del Estado Mayor de la Defensa. Todo por correo electrónico. Se pide información y en un segundo correo se concreta lo que se pide: ningún secreto de Estado. Pretendíamos, de manera principal, que los propios familiares de estos ciento cincuenta militares que se encuentran en tierras iraquíes conocieran cómo era el día a día de los mismos, cómo fue el relevo con la Brigada Extremadura e incluso si al final permanecerían un mes y medio y regresarían a mitad de julio, que era una de las posibilidades, si se decidía poner punto y final a la misión y este contingente tendría como misión el recoger y cerrar la base española o bien, continuarían preparando a las tropas iraquíes que es lo que han hecho sus antecesores durante los últimos cinco años.
Problemas
Nos dijeron que no existían problemas y que incluso en poco tiempo contaríamos con la información con fotografías. Pasó el jueves de la semana pasada y nadie comentó nada de prohibición, sino que se retrasarían un poco más porque dependían de un tercero para recibir los datos.
Se dejó pendiente y la sorpresa salta este miércoles y todo cuando se vuelve uno a interesar por si existiría mucho más retraso. La respuesta fue clara y lacónica: “no hay autorización para dar ninguna información”.
Y es que uno de los grandes problemas de la expedición encabezada por la Comandancia General de nuestra ciudad es que no fue un relevo cualquiera, ya que tras más de cinco años de presencia española en la base Gran Capitán resulta que sus integrantes salieron sin conocer, entonces, si su misión iba a ser de seis meses, es decir, continuar entrenando a las tropas iraquíes como hicieron sus antecesores o bien iban a tener que recoger todo el material y entregar las instalaciones españolas a los militares de este país y regresar a España poniendo punto y final.