Hace unos meses fueron los manifestantes protestando contra la inseguridad ciudadana y ahora son los concentrados pidiendo soluciones urgentes para la frontera del Tarajal. Los políticos de nuestra ciudad, tanto el presidente como el delegado del Gobierno, han llegado a pensar que aquí no pasaba nada, que Madrid no nos hace muchos caso, pero que los ceutíes aguantan y aguantan. Pues sucede lo mismo que cuando salieron a la calle porque la situación de la inseguridad iba cuesta abajo y sin freno (no es que tampoco hayamos mejorado mucho), ahora esa Ceuta callada y sumisa se ha rebelado, porque ya muchos comercios comienzan a notar como la situación comienza a estrangular sus ventas y, por tanto, sus propias economías. Allí estaban empleados y trabajadores, todos de la mano. Y sus peticiones eran lógicas y correctas. Y tenían mucha razón cuando decían que si un Gobierno quiere solucionar un problema se ve rápido y pusieron muchos ejemplos. De momento, hay un compás de espera abierto. Se lleva advirtiendo desde hace muchos meses, que la situación estaba empeorando, que era caótica, aunque el delegado se enfade cuando se utiliza ese vocablo, pero es así y sino que le pregunten a Vivas por el epíteto utilizado ante el director general de la Guardia Civil. Aquí se necesitan medidas urgentes para una situación caótica, que como decía Vivas, es uno de los problemas más importantes que tiene nuestra Nación.