Muchas personas que ayer intentaron salir de los polígonos del Tarajal por la Puerta Norte se vieron sorprendidos por el pago de 30 céntimos para poder pasar. La misma seguridad de la Fase II era la encargada de recoger los tickets adquiridos y permitir la salida.
Más que la cantidad, que puede parecer mínima, es le hecho de que se pueda cobrar por un espacio que ha sido de dominio público. No se puede poner como excusa la necesidad de costear la seguridad privada como premisa para que los usuarios sean los paguen el pato, en este caso, por valor de 30 céntimos.
Obviamente, la respuesta no se hizo esperar y de manera inmediata Delegación dio orden del cierre de la Puerta Norte. Ahora, pagarán justos por pecadores, ya que las personas que quieran ir a la frontera desde los polígonos tendrán que dar un gran rodeo e ir por la puerta principal. Un despropósito que, al final, siguen pagando los mismos.
Pero era lo que esperaba cuando se toma esta decisión, de la noche a la mañana, de manera unilateral, aunque supuestamente consensuado entre todos los empresarios.
El hecho de que las naves estén sufriendo una de sus peores crisis no da derecho a imponer un pago que no se ajusta a la ley. Se entiende que la situación es insostenible, pero eso no les permite poner precio a un espacio de dominio público y que da acceso a la frontera entre España y Marruecos.
Las cosas no se hacen así y, mucho menos, generando un perjuicio a los usuarios, que ahora tendrán que esperar a ver cómo se resuelve un episodio más de la telenovela fronteriza, para saber si podrán usar de nuevo la Puerta Norte.
La Delegación en vez de poner orden y castigar a los responsables que cobran estos impuestos lo que hace es facilitar a Marruecos el trabajo, estrangular ceuta