En estos días se celebra en Marrakech la Cumbre del Clima. Como nos recuerda la organización independiente WWF, “en esta cumbre los países tienen que demostrar que van en serio, concretando cómo van a pasar de las palabras a los hechos que posibiliten una reducción real de gases de efecto invernadero y suficiente para prevenir los impactos ecológicos, sociales y económicos del cambio climático”.
El precedente de la misma fue el histórico acuerdo de la XXXI Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, celebrada en París desde el 30 de noviembre al 11 de diciembre de 2015, en la que se pretendía que la temperatura del planeta quedara muy por debajo de los dos grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales, a finales de siglo. En el texto aprobado se reconocía que el cambio climático representa una urgente e irreversible tarea de la humanidad y que el planeta requiere la cooperación de todos los países y la participación efectiva de los responsables internacionales con el objetivo de acelerar la reducción del calentamiento global por las emisiones de gases a la atmósfera.
El fenómeno del cambio climático ha sido estudiado concienzudamente, pero pese a lo que se pueda pensar, no hay una posición unívoca al respecto. Y ello, pese a que los estudios científicos efectuados hasta el momento pronostican un futuro ciertamente incierto. Algunos resultados extremos de las investigaciones científicas nos señalan que estamos a las puertas de una nueva época glacial, similar a la acontecida en la Baja Edad Media, que ocasionó un importante freno al avance de la humanidad. Por otro lado, el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (PICC) de la ONU tiene completos y detallados informes de evaluación.
Sin embargo, son también muchos los que critican abiertamente el sistema ideado por el Protocolo de Kioto (PK). Unos porque argumentan que los mecanismos que se articulan no tendrán el efecto deseado de reducción de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, ni sobre la reducción o retraso en la subida de las temperaturas. La postura más peligrosa la encabeza el reciente presidente electo de los EEUU de América, Donald Trump, que considera que el concepto de cambio climático es un cuento creado por China, para que la industria manufacturera americana no sea competitiva. Es más, ha prometido que cancelará el Acuerdo del clima de París.
Entre las principales características del cambio climático global se encuentra el hecho de que la atmósfera es un bien público internacional y que todas las naciones se beneficiarán con la reducción de gases de efecto invernadero. Pero, desafortunadamente, reducir la emisión de una tonelada de CO2 en un país desarrollado es más costoso que en un país en desarrollo. De la misma forma, las economías de los países en desarrollo dependen de la producción y uso de combustibles fósiles, por lo que saldrán especialmente perjudicados de esta política de reducción global.
Por todo lo anterior, el Acuerdo de París fue muy relevante, pues las tres mayores economías del mundo, Estados Unidos, China y Unión Europea, causantes de la mitad de las emisiones mundiales, ratificaron el acuerdo, marcándose una agenda para pasar a una económica que utilice energía más sostenible. De la misma forma salió un acuerdo de llevar a cabo un seguimiento más exhaustivo de estos compromisos, así como crear un fondo monetario de más de 100.000 millones de dólares anuales, destinado a políticas que incentiven el desarrollo sostenible en los países menos desarrollados. Sin embargo, los intereses económicos de las grandes multinacionales del carbón (Big Coal) y del petróleo (Big Oil), de los Estados Unidos, siempre se han visto como una de las mayores debilidades de dicho acuerdo.
Pese a todo lo anterior, el mundo podrá demostrar en Marrakech que, pese a Trump y a las multinacionales que lo apoyan, estamos dispuestos a frenar el cambio climático y a hacer de nuestro planeta un lugar más sostenible. Es una tarea en la que todos debemos comprometernos. Si lo hacemos, personajes irresponsables y peligrosos como éste, pronto serán una simple anécdota en la historia de la humanidad.
El Gobierno ha procedido al alquiler de cuatro sismómetros por más de 480.000 euros para…
El príncipe heredero de Marruecos, Mulay el Hasán, se ha reunido este pasado jueves en…
La entidad pública Obimasa, adscrita a la Consejería de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos,…
El Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC) va a proponer en la próxima…
Un total de 48 amantes del ciclismo de BTT se han concentrado en la pista…
Información actualizada sobre los servicios y recursos destinados a apoyar y asesorar a las mujeres…