En corrillos policiales se atreven a decir que el jefe superior de Policía, Alfonso Sánchez, tiene las horas contadas. Que la cuerda floja que lo sostiene está ya quebrada y que podría pasar a formar parte de la cascada de ceses de mandos policiales ordenada por el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska. Hasta ahora Sánchez aguantaba. Hay quien apunta que esto ha terminado, aunque fuentes oficiales del Ministerio no se atreven “ni a confirmar ni a desmentir”, apuntaron ayer a este periódico, horas después de la visita de la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella a Ceuta.
Lo que es evidente es que Sánchez no es del mismo agrado en la Delegación del Gobierno que lo era con la cúpula popular en el poder, representada por hasta dos delegados. Nadie oficialmente habla, manteniendo ese silencio comprometido para no airear los trapos sucios fuera de casa, ni tan siquiera los que han podido verse en reuniones de calado en materia de seguridad celebradas en la propia Delegación. A Sánchez, como máximo representante de la cúpula del CNP en Ceuta, se le acusa de ser poco solidario con sus ‘colegas’ de la Guardia Civil. Una sombra acrecentada esta semana tras las avalanchas en la frontera, controladas por la Benemérita en solitario.
no ha sido solidario ni con los propios, que se puede esperar con los demás. No obstante me da la nariz que aún siendo cesado le veremos varias veces más en Ceuta. No sé.......me da.