Las cámaras contaran con reconocimiento facial
Serán casi setenta las cámaras que serán instaladas en nuestra ciudad, una vez que se tengan todos los permisos legales establecidos, de acuerdo con el proyecto que ha sido redactado por Procesa y que cuenta con fondos europeos.
Hay que destacar que mientras quince o veinte serán directamente para seguridad, el resto se colocarán para el control del tráfico.
Aunque también se dará la circunstancia de que habrá lugares donde haya tanto para el tráfico como para la seguridad.
Luego, como un aparte se encontrarán las que podrán servir para el control de fuegos en los montes de nuestra ciudad y que estarán preparadas para detectar focos de calor, aunque el control de las mismas se llevará directamente desde las instalaciones de la Policía Local.
En opinión del consejero de Gobernación, Jacob Hachuel, las de tráfico estarán en lugares donde haya nudos con posibilidades de colapso como la N-352. Aparte se instalarán paneles informativas para que los conductores sepan donde se están produciendo las aglomeraciones y puedan optar por un recorrido alternativo.
Control del CNP desde su sede
Desde luego, en palabras del mismo Hachuel “facilitarán la fluidez y de esta manera no hará falta que los ciudadanos llamen para que se desplacen las patrullas de Tráfico, sino que los mismos operadores de la cámaras serán quien efectuarán este trabajo. Se verá en tiempo real”.
En cuanto a las de seguridad, las mismas estarán en la sede del Cuerpo Nacional de Policía y se colocarán en lugares muy estratégicos que han sido escogidos por los propios agentes y técnicos policiales, contando con una definición muy alta que permitirán incluso los reconocimientos faciales.
Un proyecto que se ha estado preparando durante largo tiempo por parte de los técnicos de la Sociedad Municipal de Fomento y que ha contado con la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía y que ha tenido también los oportunos informes favorables de la Delegación del Gobierno.
Un proyecto que fondos europeos que sustituyó al inicial de la instalación de un cable óptico submarino, debido a que los costes se disparaban en relación con el precio previsto al principio.