La subdirectora de ‘ABC’ destaca las grandes diferencias entre la redacción de una noticia para el periódico en papel y otra para el soporte digital
La subdirectora de ABC, Montserrat Lluis, intervino ayer en la última jornada del Congreso para hablar de la prensa digital. En una entrevista con este medio aborda este asunto y las claves para adaptarse a los nuevos medios.
–¿Cómo se está adaptando ABC a estos nuevos tiempos en los medios de comunicación?
–En los últimos dos años y medio o tres, ABC se ha transformado como redacción a nivel digital. Era un periódico que hasta entonces no había apostado realmente por soportes digitales y a partir de hace dos años y medio o tres, el director y los directivos de la casa decidieron apostar por ello y empezar por integrar la redacción del papel, todos los redactores pasan a trabajar en soporte digital también, se les forma para las nuevas rutinas digitales, teniendo claro que hacer periodismo para Internet no es igual que hacerlo para el periódico. Se les enseña a redactar, elegir los temas, titular, posicionar las cosas a nivel de SEO en Google... En estos momentos la apuesta principal del periódico es el desarrollo digital, todas las inversiones van dirigidas a ello y en dos años y medio se han conseguido resultados muy buenos y, por ejemplo, ABC es la web líder en usuarios que entran a través de dispositivos móviles, de smartphone o de tablets, somos el primer periódico digital elegido por los lectores. Es la muestra de que esa estrategia y esa apuesta empieza a dar resultados.
–ABC se ha adaptado a estos nuevos tiempos, ¿pero qué está aportando?
–Calidad en el universo digital, que creo que uno de los problemas que arrastra Internet desde su nacimiento, que tiene la ventaja de la universalización y de que todo el mundo puede participar, pero un déficit de calidad, credibilidad y rigor en las noticias que yo creo que corresponde resolver a los medios de comunicación. Entonces, en la medida en que ABC apuesta por el soporte digital, traslada a éste sus valores, sus normas deontológicas, su forma de entender el periodismo como riguroso, contrastado e independiente. Eso se lleva también al soporte digital, contribuyendo a la profesionalización del periodismo en Internet y a ofrecer contenidos creíbles, ciertos y bien elaborados también para soporte digital, que como digo uno de los problemas de Internet es que ahí todo el mundo puede participar y dar por válido o decir qué cosas son noticias y no tienen por qué serlo.
–¿Cuáles son las grandes diferencias entre una redacción para el papel y otra para el soporte digital?
–La gran diferencia es que es una forma de escribir distinta: no se publica la misma noticia en el papel y en la web, ni si son los mismos temas se cuentan de la misma manera, ni se redactan igual ni se presentan igual. Creo que esa es la diferencia fundamental. Durante un tiempo se pensó que escribir para Internet era simplemente volcar el periódico impreso, pero es que no es así. Internet requiere otro tipo de presentación y redacción, es un tipo de periodismo en el que se busca más el titular corto, el dato, lo anecdótico, mucha menos profundidad o reflexión, sino que se lo presentes todo mucho más didáctico, más claro, muy sencillito, ordenado, esquematizado... La inmediatez también es muy importante: las redacciones estaban acostumbradas a que por la mañana no iba nadie, se llegaba a las cuatro de la tarde y a las seis se ponían a escribir, que era cuando les pintaban la página. Ahora eso ha cambiado y desde primera hora de la mañana el redactor que va a un lugar tiene que mandar desde allí una crónica e ir actualizándola a lo largo del día. Es decir, que ya no se trabaja con una hora de cierre, sino que es un periodo continuo en el que se va generando y actualizando la información.
–Frente al aluvión de informaciones que se difunden a través de las redes sociales. ¿Debe ofrecer la prensa digital algo más riguroso y creíble?
–Claro, creo que esa es la gran aportación. En el momento en el que las redes sociales cobran tanta fuerza como están cobrando, los medios de comunicación nos volvemos todavía más necesarios, por la necesidad de aportar certeza, credibilidad, rigor, mesura y proporcionalidad. En las redes sociales todo se tiende a ‘sacar de madres’, entre comillas, se generan grandes polémicas, aluviones de críticas. Creo que uno de los papeles de los medios de comunicación es poner las cosas en su contexto, en la mesura adecuada, dimensionarlas correctamente, sobre todo hacer que sean ciertas. Las redes sociales tienen el gran déficit del anonimato, cualquiera puede decir lo que quiera, descalificar, insultar gratuitamente, muchas veces sin el menor fundamento y sin necesidad de demostrar nada. A un periódico se le exige demostrar las cosas, confirmarlas y tener las pruebas. Las redes sociales, que no son medios de comunicación, son canales a través de los cuales la gente se comunican pero no se dan noticias.
–Ayer me decía Agustín Rivera que los periódicos en papel se van a perder. ¿Piensa usted lo mismo?
–No, creo que no, otra cosa es que cambie la manera de ser de los periódicos en papel. En el peor de los casos, pues a lo mejor los periódicos dejarían de ser diarios para pasar a ser de fin de semana, grandes periódicos de sábado y domingo. Hoy en día ya, los ingresos y la difusión que consiguen los periódicos sábado y domingo equivale casi a la totalidad de los cinco días de la semana. Es decir, en dos días consigues tantos ingresos y lectores como en los otros cinco de la semana. Pero además, creo que los periódicos tienen futuro en el mismo soporte digital. La lectura del periódico a través de tablets, lo que ya es Kiosco y Más o el Orbyt, creo que también son una plataforma de futuro para los periódicos. Da igual que el periódico se imprima en papel o vaya en soporte digital, lo que da carta de naturaleza a un periódico es la jerarquización de las noticias, la valoración, la editorialización. Y todo eso creo que es necesario para la salud democrática de una sociedad pero que se puede hacer también a través de los nuevos soportes digitales. Leer un periódico a través de una tablet empieza a ser una experiencia gratificante y comparable a como se hace con el papel.
–Ceuta, en los últimos meses, es escenario de numerosas noticias que tienen repercusión nacional, como de inmigración, narcotráfico, redes yihadistas... ¿Qué cree que está pasando en estos momentos que coinciden en el tiempo tantos sucesos de este tipo y están teniendo tanta repercusión?
–Creo que ya no sólo es a nivel de Ceuta sino que en toda España y en todo el mundo, el ritmo de la actualidad se ha acelerado últimamente. Este año, informativamente, está siendo uno de los más intensos para el periodismo: hemos vivido la transición del Rey, han muerto personajes fundamentales de la historia de España como Emilio Botín o el presidente de El Corte Inglés, hemos asistido a la crisis del ébola... Se están produciendo acontecimientos informativamente muy pertinentes y en el caso de Ceuta, efectivamente como usted dice, también están ocurriendo muchas cosas. Creo que la realidad es que suceden y hay una intensidad informativa pero también creo que la misma explosión de las redes sociales y los propios medios digitales y su urgencia de dar continuamente noticias y renovarse cada segundo también favorece que todo lo convirtamos en noticia, que todo haga ruido y se amplifique y parezca más grave, más trascendente, más importante de lo que, quizá, en realidad es. En ese sentido, la propia sociedad española creo que vive un momento de crispación y agitación que le lleva a vivir casi continuamente en un estado de excepción y a considerar que todas son noticias de gran trascendencia. Creo que eso también está ayudando en el caso concreto de Ceuta. Quizá lo que conviene es serenarnos todos un poco, moderar y coger perspectiva.
–¿Es interesante Ceuta para un periodista de un medio nacional?
–Es verdad que los lugares son interesantes en la medida en que generan noticias. Yo reconozco que Ceuta era para mí una gran desconocida, injustamente desconocida, porque en las pocas horas que llevo aquí me está encantando y estoy descubriendo un montón de lugares preciosos que tiene y de gran interés histórico, ya más allá de bellos o bonitos. Es una ciudad autónoma por descubrir y por vivir y creo que los periodistas desde Madrid o la península deberíamos comprometernos más con la divulgación y ofrecer otra cara de Ceuta que vaya más allá del problema de la inmigración o del narcotráfico. Un poco una labor como quizá se tuvo que hacer también en su momento con el País Vasco. Llega un momento en que se asocia al terrorismo o a determinados estigmas y no te das cuenta de que hay una región preciosa, una gente buenísima. Creo que aquí también es ese caso, creo que a Ceuta le hace falta venderse mejor.