Cruz Roja recuperó en la tarde de ayer una tortuga que había sido encontrada muerta en las inmediaciones del Sarchal. Debido a su gran peso -más de 300 kilos- tuvo que ser trasladada en una embarcación de la entidad humanitaria hasta la Ribera, descargándola en su orilla.
Un ciudadano que había visto al quelonio fue quien dio aviso para alertar de su presencia, comprobándose posteriormente que estaba muerta ya que al parecer había quedado atrapada entre varios cables. Debido a su estado, llevaba varios días en el mar ya sin vida. Este tipo de muerte hizo estragos el pasado verano y en este 2014 también ha dejado algún caso.
Los bañistas que se encontraban en la Ribera se concentraron alrededor de la tortuga, constituyendo el foco de atención de la jornada. Debido a su gran volumen y peso fue necesario requerir la asistencia de Bomberos ya que los operarios de Obimace, que acuden en otras ocasiones, no disponían de medios para cargarla en el lugar. Los miembros del SEIS ya habían estado en el Sarchal y fueron requeridos a la playa para sacar el ejemplar por los bajos del Mercado Central. Cuatro integrantes del Servicio participaron durante más de una hora en estas labores. Se siguió el protocolo contando con la presencia de Athisa para llevarse a la tortuga del lugar.
Durante este verano sí han podido recuperarse ejemplares con vida que tras ser sanados se han devuelto al mar.
Y en otro servicio
Herido tras arrojarse al mar desde la orilla de cabeza
Precisamente en la edición de El Faro de ayer, Cruz Roja advertía de los accidentes que se están produciendo por saltos mal calculados o impactos contra las rocas y el fondo del mar. Se advertía del extremo cuidado que hay tener y del cumplimiento de las normas. Aún así, siguen produciéndose accidentes y lesiones. Ayer precisamente los voluntarios que están destinados en servicio de playa tuvieron que atender a una persona que se había arrojado al mar desde la orilla y de cabeza. Se produjo un golpe en la nariz teniendo que ser evacuado al Hospital Universitario con una posible fractura nasal. La entidad humanitaria no cesa de realizar servicios por actuaciones similares a ésta. En el peor de los casos, pueden terminar con lesiones medulares irreversibles y una tetraplejia de por vida. Cruz Roja lanza de forma insistente el mismo mensaje en verano: esa diversión tan extendida entre los jóvenes de lanzarse al agua desde las escolleras puede tener consecuencias fatales. De igual forma sucede con otras imprudencias.