La Audiencia Provincial de Salamanca ha acogido este martes el juicio por el conocido como ‘Crimen de Beleña’, ocurrido el 6 de diciembre de 2016. Han sido más de seis horas en las que los acusados, los agentes y la víctima han prestado declaración.
Son tres los acusados, dos de ellos fueron detenidos en Ceuta tras una operación desarrollada por la Guardia Civil en la que la Comandancia de nuestra ciudad estuvo de apoyo. En nuestra ciudad se detuvo a dos personas en calidad de cómplices de ese crimen. Uno de los detenidos lo fue cuando intentaba embarcar, de noche, de regreso a la Península; el otro fue localizado en la calle después de que se le buscara sin éxito en una vivienda que ocupaba en el entorno de la plaza Azcárate.
Los hechos tienen que ver con la muerte de un hombre de 41 años a puñaladas y desangrado en lo que se entendió como un ajuste de cuentas. La Guardia Civil investigó para dar con los implicados en este crimen y las pistas los condujeron hasta Ceuta, en donde estaban escondidos dos de los implicados.
En aquel suceso además del fallecido hubo otra persona de 52 años herida grave, también tras recibir varias puñaladas. Ahora los acusados se enfrentan a 20 años y medio de cárcel –en el caso de J.M.A.- y a 10 para los dos arrestados en calidad de cómplices –los llamados N.A.H. y M.O.S.-. Hay un cuarto implicado que está en paradero desconocido, el llamado A.A.H.
Tal y como concluyó la Guardia Civil, el origen de este suceso tuvo que ver con la venta de un cargamento de droga que los acusados querían vender a otra persona. Este al final desistió de la compra, pero avisó a otras dos personas para que asaltaran a los narcos y le arrebataran la mercancía.
Unos falsos guardias civiles en escena
La pareja decidió parar a los acusados haciéndose pasar por guardias civiles, pero la desconfianza hizo acto de presencia y les reconocieron produciéndose el crimen. Posteriormente se les localizaría en Ceuta y Algeciras a tres de los cuatro implicados que ahora deben responder de los delitos que se les imputan en calidad de autoría o cómplice.
La operación en la que se produjeron estos arrestos se denominó ‘Morok’ y las pruebas de ADN practicadas fueron determinantes para implicar a los detenidos en este suceso. La Guardia Civil aclaró que tanto el fallecido como la otra víctima habían decidido llevar a cabo un ‘vuelco’, es decir, simular que eran guardias civiles portando placas falsas para registrar el coche y quedarse con la droga, pero la maniobra les salió tan mal que terminó con el fatal desenlace.
Las víctimas pararon el coche de los narcotraficantes, lo registraron y procedieron a su decomiso, pero algo en su actitud levantó sospechas entre los narcos quienes descubrieron la trampa, iniciándose una pelea que terminó con los falsos guardias acuchillados y la huida de los narcos con la mercancía hacia Ceuta. El conductor moriría desangrado terminando por empotrar su coche en la carretera, quedando gravemente herido el copiloto.
El principal acusado: "Empecé a apuñalar a diestro y siniestro"
Según relata la Gaceta de Salamanca, el principal acusado en este juicio, J.M.A., declaró que, tras el alto de los dos supuestos guardias civiles al vehículo en el que viajaban los tres incriminados, y al sacar a su esposa, escuchó que decían: "Pégale un tiro, pégale un tiro", recoge el diario salmantino, el principal acusado se lanzó a por los supuestos agentes con un spray en la mano y con una navaja en la otra.
"Con el susto que tenía encima, empecé a apuñalar a diestro y a siniestro, hasta a mí mismo me apuñalé”, pero nunca con la intención de matar, ha afirmado durante su declaración. El resultado: un muerto y otra persona gravemente herida.
“Yo no sabía que le había dado en el corazón”, añadió durante su comparecencia ante el tribunal. El digital NoticiasCyL da más detalles de la versión de los hechos por parte del principal acusado: durante el forcejeo con los dos supuestos guardias civiles, el fallecido intentó asestar “un zurdazo” a J.M.A., y que este, reaccionó dándole una puñalada en el costado izquierdo con la navaja “sin ninguna intención, le di en el corazón para matarlo”.
J.M.A. ha exculpado a los otros dos acusados, su esposa y su primo, con la mayoría de edad recién cumplida, de cualquier vínculo con el asesinato.
Importantes discrepancias
Durante el juicio, ha quedado reflejada la gran diferencia que hay entre las versiones que han aportado el Ministerio Fiscal, la declaración de la víctima y la de los agentes respecto a la de los acusados. De hecho, en ningún momento aparece en la declaración que llegaran para hacer una transacción de un vehículo, como sí han defendido los acusados, si no que todo indicaba a la droga.
Los agentes intervinientes en la operación que declararon en la primera parte de la vista aseguraron que no se había encontrado ningún arma de fuego, tal como posteriormente ha afirmado la víctima, y que una piedra y el spray anteriormente reflejado habían aparecido en el asiento del conductor del coche siniestrado, en el que viajaban los agredidos.
Respecto al relato que ha ofrecido una de las víctimas, difiere mucho del aportado por los acusados. Según ha declarado, una vez que desciende del coche, en ningún momento hubo ningún intento de secuestro ni se gritó nada sobre «pégale un tiro», sino que desde un primer momento la actitud de los integrantes del coche fue agresiva.
No en vano, afirmó que le llamó la atención que en el asiento trasero, la mujer. M.O.S., se encontraba buscando algo en su bolso por lo que fue a llamarle la atención. Frente a ello, bajó la ventanilla y le roció con el spray, ante lo que retrocedió y mientras intentaba recuperar la vista sintió un pinchazo en la espalda, el cual no pudo asegurar quién lo había hecho.
Cuando ya consiguió recuperar parte de la visión, asegura haber visto cómo estaban todos fuera del coche y vio como uno de ellos le volvía a atacar con una navaja en dirección al pecho, frente a lo que se protegió con la mano produciéndose un corte profundo en un dedo. Además, en la vista, declaró que el autor de esta segunda puñalada había sido N.A.H. que, según sus palabras, no había bajado del coche. También aseguró que tenía que haber más de una navaja, según ha recogido el digital NoticiasCyL.
No obstante, estas discrepancias también han quedado patentes entre la versión de la víctima y la de los agentes. Según ha declarado, ninguno portaba placas de la Guardia Civil, si no que las mostraron a través de un móvil, pero durante la investigación sí se encontró, al menos, una placa.
Lo mismo ocurre con el uso de walkie talkies y con las llaves del coche de las víctimas que encontraron a los acusados. En la vista, aseguró que fueron ellos mismos quienes les dieron las llaves y señaló que, en caso de que hubieran tenido intenciones de matarlos, “seguramente no hubiéramos escapado de allí”.
Cosas de gentuza....