‘Abslam’ recibió un impacto de bala directo, no hubo rebote

La segunda sesión de juicio oral seguida bajo Tribunal de Jurado y celebrada en la tarde de este martes en la Audiencia al objeto de esclarecer el crimen de ‘Abslam’ el churrero del Príncipe, ocurrido en Ceuta en noviembre de 2021, se ha centrado en las testificales de varios policías nacionales. En concreto agentes de Seguridad Ciudadana y de la Científica.

Los primeros han resaltado el ambiente “hostil” que se vivió en la barriada esa noche, los segundos cómo pudieron ser los disparos.

Así, un agente del CNP que era el responsable del primer equipo que llegó al lugar de los hechos ha prestado declaración a través de videoconferencia para narrar que cuando llegó al zoco vio numerosos impactos de bala y casquillos, aunque ya el cuerpo de la víctima había sido trasladado al hospital en donde falleció.

Este equipo policial, movilizado a través de una llamada de la Sala, tomó manifestaciones a los presentes teniendo que moverse en un ambiente “muy hostil” que llevó a tener que acordonar la zona por motivos de seguridad y para evitar la pérdida de pruebas.

El integrante del CNP ha detallado que el lugar en donde se había desplomado el fallecido era pequeño, muy estrecho, sin que tuviera espacio para evadirse de la acción perpetrada contra él. El disparo se produjo a no más de un metro de distancia y a través de una rejilla de una ventana, apreciación que le fue manifestada por vecinos del barrio.

Esos detalles significan mucho para la Acusación a la hora de sostener que la víctima no tuvo prácticamente escapatoria al verse atemorizado.

Tres pistoleros con los rostros tapados

El policía ha narrado la dificultad de la intervención ya que algunas personas presentes no colaboraban e incluso intentaban eliminar pruebas como casquillos. Se tuvo que hacer un cordón de seguridad para hacer frente a esa situación belicosa contra la Policía.

Esa noche terminó con la muerte de ‘Abslam’ pero antes se habían realizado varios disparos contra otros cafetines del barrio y zonas próximas en lo que fue una noche de terror, una clara escalada de violencia.

El equipo desplazado fue informado por los presentes sobre la existencia de tres pistoleros con los rostros tapados y vestidos con ropa oscura que habían sembrado el pánico. Vecinos y familiares de la víctima indicaron que los implicados habían hecho un recorrido de disparos contra varios lugares hasta terminar en la hamburguesería en donde tuvo lugar el crimen.

Otros agentes integrantes de este equipo han prestado declaración sobre aquella noche, confirmando los datos aportados por el jefe de equipo. Cada policía fue posicionado en distintos puntos que rodeaban el que fue el escenario del crimen.

Policía Científica verifica cómo fue el disparo

Agentes de la Policía Científica han explicado cuál fue su labor aquella noche en la que recogieron distintos vestigios a lo largo de la ruta de los cafetines que habían marcado este particular caos. Su testimonio ha sido clave para conocer si se disparó a ‘Abslam’ directamente o se le alcanzó de rebote.

Fueron examinando todas las zonas recogiendo casquillos y cualquier tipo de prueba que fuera determinante para la investigación que se estaba llevando a cabo. Detectaron varios impactos.

Analizaron la ventana a través de la que se produjo el disparo, ventana que fue examinada por los agentes y de cuyo examen dedujeron que el autor había aproximado su arma para hacer un tiro directo, es decir no hubo rebote. Además se tuvo que hacer a muy poca distancia. ‘Abslam’ estaba precisamente al lado de esa ventana a la que se acercó mientras se producían los disparos.

Las balas son muy caprichosas por la trayectoria que pueden seguir, pudiendo rebotar en cualquier sitio, pero en este caso tal y como han verificado los profesionales de esta Unidad a preguntas de la Acusación no se produjo ese rebote.

Se deduce que hubo un disparo directo a la víctima a través de esa rejilla y que la persona tenía que estar en ese lugar siendo prácticamente coincidentes la altura de esa ventana y la que tenía el propio fallecido. En esa reja no se encontró ningún vestigio de disparo, por lo que tuvo que ser limpio. La Científica analizó celdilla por celdilla.

Lo complicado del trabajo en la barriada también ha sido puesto de manifiesto por esta Unidad ya que siempre que se producen crímenes hay personas que se dedican a hacer desaparecer pruebas, ocultando casquillos o arrojándolos a alcantarillas e incluso a tejados.