Los bañistas de la playa de la Ribera fueron han sido testigos de uno de los espectáculos más tristes de la naturaleza. Los últimos momentos de vida de un delfín, tan solo una cría que durante varias horas nadó en las inmediaciones de la orilla hacia donde intentaba dirigirse para morir.
Una embarcación del Centro de Estudios y Conservación de Animales Marino, CECAM, junto a dos kayaks, intentaron redirigir a la cría hacia mar abierto, aunque todos sus intentos fueron en vano. El cetáceo regresaba una y otra vez hacia la arena, en respuesta a la naturaleza de estos animales que al sentir su final se dirigen hacia tierra firme.
En este caso, la cría estaba cubierta de parásitos, tanto en sus aletas como en la cola, lo que llevó a su manada a abandonarlo, una práctica habitual entre estos animales que tienden a dar de lado a aquel miembro de la manada herido o enfermo.
Finalmente, y tras constatar la imposibilidad de salvar su vida y los vanos esfuerzos por hacerlo regresar a alta mar, las embarcaciones abandonaron su tarea dejando que la naturaleza siguiera su curso. “Ha sido imposible salvarlo. Es una cría que sufría una grave infección por parásitos, seguramente provocada por no amamantarse en condiciones”, señaló el presidente del CECAM, Juan Carlos Rivas.
La debilidad y el estrés que sufría el animal en esos momentos tampoco hacían posible su rescate. “Habría terminado muriendo en nuestros brazos. La única opción es dejarlo y que muera tranquilo”.