El tradicional Besapiés del Cristo del Medinaceli, el Señor de Ceuta, ha tenido lugar este viernes pero de nuevo con ciertas diferencias debido a la pandemia del coronavirus. Como cada año la Catedral ha sido el escenario elegido a donde han acudido numerosos devotos para participar de este acto cuaresmal. La misa que se ha oficiado por parte de Francisco Jesús Fernández Alcedo, vicario General de Ceuta, ha contado con la presencia del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, la número 2 del Ejecutivo local, Mabel Deu, el Consejero de Educación y Cultura, Carlos Rontomé y la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos. Asimismo, estuvieron presentes diferentes autoridades civiles y militares.
La hermandad del Medinaceli, siguiendo los consejos de las autoridades sanitarias por el coronavirus, ha aconsejado a sus devotos sustituir el tradicional beso en los pies de la Sagrada imagen por un gesto que, sin llegar al contacto físico, muestre respeto y veneración. Una medida similar a la del año pasado, pero que en este se ha incrementado aún más ya que los devotos no pueden subir ni al altar. Medidas más exigentes una vez que ha pasado un año de pandemia y se tiene más conocimiento del virus, ya que, por ejemplo, este año era obligatorio el uso de la mascarilla y el gel hidroalcohólico, medidas que el año pasado todavía no estaban impuestas en nuestra ciudad.
El vicario, mientras oficiaba la misa, ha recordado que hace un año fue cuando el desconocimiento sobre la pandemia se apoderó de nosotros y que nada presagiaba la situación tan desagradable con tantos fallecimientos que hemos sufrido. Asimismo ha asegurado que hay que seguir creyendo y luchando para salir de esta situación, y con quién mejor que con Jesús Cautivo.
En cualquier caso, los ceutíes han demostrado la devoción por el Cristo del Medinaceli y han ido poco a poco acudiendo a la Catedral para cumplir con la tradición y a su vez respetar las medidas de aforo impuestas por las autoridades sanitarias.