La delegación de Ceuta prepara la redacción que podría situar la actuación subsidiaria en el plazo de tres meses con una estimación de los costes totales de 75.000 euros.
La delegación de la Dirección General de Costas prepara un expediente a la empresa Atunasa por ocupación indebida del dominio público marítimo-terrestre en el que se encuentra la última batea de mejillones de la compañía. Costas pretende actuar de forma subsidiaria, según informó el delegado de Fomento, Jesús Padillo; ante los avisos reiterados a la empresa al igual que lo hizo con la plataforma de Mejillones y Mariscos de Ceuta que quedó anclada en las calas de Benzú tras el temporal de viento de octubre de 2008.
Los costes de la ejecución del Estado irán a cargo de la empresa Atunasa y probablemente los trabajos serán realizados por la empresa pública Tragsa. Si la empresa situaba los costes de la retirada de la batea en unos 10.000 euros , según el estudio realizado por Costas la factura subiría hasta los 75.000: “El coste comprende el traslado en remolcador, el uso de la grúa en puerto para trasladarla a tierra y después el troceo de la plataforma y la gestión de los residuos”, explicó Padillo.
La decisión se adopta después de que la empresa no renovará la concesión por ocupación del dominio público ni la licencia para la práctica de la miticultura de la ciudad al abandonar el, en principio, prometedor negocio de la cría del mejillón. La decisión se adoptó ante la imposibilidad de exportar productos de origen animal a la península con lo que producción sólo podía estar dirigido al mercado interno.
Padillo alegó que no han recibido aún una predisposición clara de la empresa ni una fecha exacta. Salvador Guerrero, uno de los dueños de la empresa, fechó para la última semana de mayo la retirada de la batea, supeditándola a problemas meteorológicos y el régimen de mareas.
Jesús Fernández Lera, capitán marítimo, también solicitó a la empresa que trasladara a tierra esta instalación para el cultivo de mejillones ya que se había decretado el incumplimiento de los permisos y, en el marco de sus competencias, “por razones de seguridad marítima”. Uno de los sistemas de flotación se desprendió de la mejillonera a principios de mayo y quedó varado en la playa del Sarchal, muestra del abandono al que se ve sometida la plataforma.