La cosecha de cereales en Marruecos será de 3,4 millones de toneladas este año, lo que supone un descenso del 67 por ciento respecto a la campaña agrícola del año pasado. Esto ocurrirá, según se ha podido dar a conocer a los medios de comunicación, por causa de la dura sequía que golpea al país magrebí en estos últimos meses.
Según el balance definitivo de la cosecha de la actual campaña agrícola publicado este lunes por el Ministerio de Agricultura marroquí, el valor añadido agrario (principal locomotora de la economía marroquí) registrará un déficit del 14 % en este año 2022.
La actual producción cereal se divide en 1,8 millones de toneladas de trigo blando, 0,8 millones de toneladas de trigo duro, y 0,7 millones de toneladas de cebada, indicó la nota del mencionado ministerio que, además, añadió que la superficie de cereal cultivada este año se ha situado en 3,6 millones de hectáreas, frente a 4,35 millones de hectáreas el año pasado.
Sensible a los vaivenes del mercado internacional, Marruecos aumentó este año los subsidios destinados a la harina, entre los productos más consumidos en el país, y suspendió los derechos arancelarios aplicables a la importación del trigo.
El Gobierno de Marruecos revisó recientemente a la baja sus previsiones de crecimiento del PIB para 2022 hasta 1,5 %, en lugar de 3,2 %, de lo previsto previamente en los Presupuestos de este año.
Cabe recordar que la sequía que azota con dureza a Marruecos, la más grave en las últimas tres décadas con pantanos a solo el 28 % de su capacidad, ha llevado al Gobierno y los ayuntamientos a adoptar restricciones que van de bajar el flujo de agua potable a prohibir su uso en el riego de jardines y el lavado de vehículos.
El país magrebí afronta actualmente un verano más caluroso y seco de lo habitual, con sucesivas olas de calor que han provocado incendios en diferentes provincias del país con un balance hasta ahora de cinco muertos, más de 10.000 hectáreas de bosque arrasadas y 3.200 familias evacuadas.