El autodidacta, polifacético y multidisciplinar pintor José Luis Florez de Uría (Madrid, 1960) inauguró ayer por la tarde en el Museo del Revellín ‘Volver a cortar’, su primera exposición en Ceuta. La presentación de la muestra ha sido también la ocasión para que haya realizado su primera visita a la ciudad, donde se ha encontrado como en casa.
“La acogida ha sido buenísima, la ciudad encantadora y la gente muy amable”, se congratuló el artista en declaraciones a El Faro muy satisfecho por poder hacer una exposición en solitario tras un periodo, el de pandemia, que arrasó con buena parte de las ferias y citas grupales que sostienen al sector.
El consejero de Cultura, Carlos Rontomé, y la asesora delegada del área, Adela Nieto, han acompañado al artista en la puesta de largo de la muestra que podrá visitarse hasta el 27 de febrero en el paseo del Revellín, hasta donde ha traído su característica combinación de “linealidad, orden, máxima entropía o multicapas”.
La exposición incluye un total de 21 obras, la mayoría de gran formato, de técnica mixta sobre tabla que suponen un compendio de sus tres últimos años de trabajo, la mayoría marcados por los meses de confinamiento más o menos estricto y pandemia: “Han sido años muy difíciles y ello se ve reflejado en parte en el trabajo, tanto las dificultades que hemos pasado para trabajar como las que nos han afectado como personas y artistas”.
“Volver a cortar”, se refirió al título de su propuesta, “viene de ‘anatomía’, que etimológicamente significa exactamente lo mismo: lo que yo hago con mi trabajo es un estudio de disección, un corte y ensamble de materiales que, en el plano íntimo del creador, es una disección de la propia persona, de lo vivido y de sus vivencias... Cada obra y en general todo el conjunto se compone de distintas capas y materiales que son un conglomerado de matices y texturas”, resumió el autor, cuyas primeras obras datan ya de hace cuarenta y cinco años.