El programa de La2, ‘Las rutas D’ambrosio’, se ha emitido este sábado y la protagonista no fue otra que nuestra ciudad. Una emisión que acerca las peculiaridades de la gastronomía local a los televidentes de todo el país y en la que el presentador y chef, Gonzalo D’ambrosio, ha recorrido las calles de Ceuta, a la que ha homenajeado cocinando un plato: Pez espada a la Rigamonti.
Durante alrededor de una hora de programa, el conductor argentino ha explorado distintos rincones con el fin de degustar los platos más típicos de la cocina ceutí, además de ir desgranando parte de la historia de nuestra ciudad: “Los ceutíes se reconocen como un pueblo tan pesquero que se les conoce como caballas”.
La pesca es una de las principales actividades que se desarrollan a nivel gastronómico en Ceuta. Así, D’Ambrosio ha acompañado a varios pescadores, desde La Almadraba al puerto deportivo, para conocer las distintas técnicas y tipos de pescado que se pueden capturar en nuestras aguas, de las que el presentador ha destacado que “hay una variedad enorme” de peces.
Desde mero, a bonito, pasando por el raro tipo de pez luna que se ha podido ver en el programa. Un pez prehistórico, pero como reconoce uno de los pescadores de La Almadraba, que “no se come en España”.
Desde la barca a la lonja, ha presenciado la tradicional levantá de la captura y las discusiones, más o menos acaloradas, que mantenían los compradores ante las cajas de peces. Una subasta que se hace de una manera muy particular. “La gente piensa en pesetas y luego se pasa a euros”, le reconoce al presentador uno de los supervisores de la subasta.
A pesar del verano y del “poniente” que soplaba aquellos días, el día de capturas fue tan solo “regular”, le confiesa uno de los pescadores.
Grabado en pleno verano, D’Ambrosio se ha dirigido después a uno de los locales a pie de playa, en concreto en La Ribera, donde ha degustado un plato de bonito que tiene como toque distintivo que se cocina con ramitas de olivo, por el sabor que este le da al plato.
En esta variedad de especies que guardan las aguas ceutíes, el cocinero al que entrevistan en el programa habla de la sama. “Es única de esta zona”, afirma.
La "broma" que se convirtió en seña de identidad
Tras una primera parte muy pesquera, en la segunda D’Ambrosio revela una de los distintivos de la gastronomía de Ceuta: los pinchitos de corazones de pollo. “Cuenta la leyenda que un camarero les quiso gastar una broma a unos clientes, y les dijo que eran corazones de pollo, el caso es que les salió mal y se quedó con ese nombre”, relata.
Una leyenda que, sea como fuere, ha perdurado al igual que el plato. Tanto que Jesús, el dueño del restaurante, le dice al chef: “Aquí el bar que no tiene corazones de pollo no es de Ceuta”.
Acompañado del que presenta como uno de los mayores expertos cocinando este plato, un cocinero de Castillejos, tienen hasta tiempo de hablar sobre la frontera. En aquel verano, el cocinero le respondía al presentador que “no” era complicado cruzar la frontera.
“Aquí son muy típicos de Ceuta sus pinchitos con su cervecita”, explica el experto en corazones. Pero no es la única tapa que se destaca en esta parte: “boquerones al limón, pinchitos morunos, tapas de carne”, son otras de las mencionadas.
“El único lugar de España en el que se pesca con arpón”
De vuelta al mar, el presentador se sube a la embarcación de un pescador ceutí que sigue utilizando una técnica de la que, asegura D’Ambrosio, solo se tiene constancia que se practica aquí: “Quizá tenga que ver con la falta de espacio”, se pregunta.
El pescador al que acompaña le confiesa que la pesca con arpón se practica desde que tiene “uso de razón”. “El mero es la típica captura que se suele hacer durante todo el año”, añade ya embutido en su traje de neopreno y listo para sumergirse.
D’Ambrosio, tras comprobar la variedad de especies marinas, expresa: “Me encanta porque en Ceuta se caza de todo”.
Y como “homenaje a Ceuta y los ceutíes”, el chef se decidió por pez espada a la rigamonte. En este paseo veraniego para adentrarse en los placeres de nuestra ciudad, nos lleva a Tetuán: “¿Por qué se llama a la Rigamonti? Un equipo de fútbol de Tetuán llegó tarde a un partido, fue a un restaurante y el dueño les hizo un plato con lo que tenía, y cuando le preguntaron cómo se llamaba, al escuchar que hablaban de un jugador de fútbol italiano de apellido Rigamonti, dijo… ¡Pues a la Rigamonti!”.