Marruecos y España colaboraron este miércoles para frenar una nueva entrada por el perímetro. Unos 200 subsaharianos intentaron el pase a Ceuta, llegando a encaramarse un grupo en la valla. La Benemérita intervino mientras al otro lado se desplegaban las distintas unidades marroquíes.
Esa es la lectura ocurrida en la mañana de una jornada festiva que fue aprovechada para intentar esa incursión.
Días atrás ya se tenía constancia de que esto podía ocurrir toda vez que se había informado a Marruecos de la acumulación de personas en las proximidades del vallado.
Que un grupo intentara el pase no era por tanto una sorpresa sino más bien la crónica de algo anunciado. Si la cooperación a pie de vallado fue un hecho, también es cierto que se disponía de información suficiente sobre la aproximación de cientos de personas, su alejamiento y su posterior llegada en cuestión de horas.
La coordinación debe ser eficiente en todos los extremos, no solo en la ejecución de las acciones cuando ya se ha llegado hasta el vallado y se fuerzan acciones malas para todas las partes: guardias civiles, agentes marroquíes y los propios subsaharianos.
Si Marruecos dispone de datos facilitados a través de los recursos de España, se deben prever medidas que impiden situaciones extremas de quienes se lo van a jugar todo para superar las trabas dispuestas a lo largo de los más de 8 kilómetros de línea perimetral.
Marruecos dispone de suficientes medios para saber lo que hay. Otra cosa es que algunos nos sigan vendiendo la moto con la famosa colaboración de la que alguno saca rédito y justifica su trabajo. No se puede permitir que un grupo, que no llegaba ni a 120, salten el vallado marroquí, se trasladen monte abajo y lleguen al vallado español. De vergüenza. Lo que os vendan vuestros "confidentes" es otra cosa