La Policía Nacional aspira a conseguir una mayor celeridad y seguridad en el tránsito diario que soporta el Tarajal, que separa Ceuta de Marruecos, con la implantación plena de la frontera inteligente que, entre otras cosas, incluirá los métodos de reconocimiento facial.
En la línea fronteriza marroquí llevan ya tiempo separando a los trabajadores transfronterizos regularizados por filas de acuerdo a su documentación y punto de nacimiento. Las obras llevadas a cabo en Marruecos provocaron cambios, pero más lo hará el nuevo sistema con el que España quiere convertir en digno un paso que durante años se hundió en el tercermundismo más profundo.
El nuevo sistema de control avanza para estar plenamente operativo a mediados del próximo 2023, cuando quienes crucen la frontera sean reconocidos mediante métodos más novedosos de control como el reconocimiento facial. La Policía mantiene que ganarán, y mucho, en tiempo. Sobre todo a la hora de verificar los pasaportes con múltiples visados.
La operatividad de la frontera inteligente se materializará, por ejemplo, en una apertura automática de puertas cuando acceda el viajero, ya que estará registrado a través de su huella y rostro. Cualquier incidencia saltará al momento y además se sabrá a la perfección cuándo entra una persona y cuándo sale, algo clave para evitar incursiones nocturnas de quienes no tienen permiso para quedarse en nuestra ciudad.
Aquello ha sido siempre una obsesión para la Policía, ya que muchas de esas presencias terminaban dando pie a conflictos, sobre todo cuando la época de mayor gloria para el polígono del Tarajal y un porteo que se nutría de porteadores que echaban noche en la ciudad para ser los primeros en acceder a las naves.
El Ministerio del Interior trabaja en convertir las fronteras en zonas de paso con orden, algo impensable antes de la pandemia. Ahora se quiere regularizar el tráfico a pie, en vehículo y de mercancías con la implantación de la que será la aduana comercial.
Los distintos pasillos fronterizos conducirán al mismo destino en cuanto a operatividad: si el viajero -registrado con anterioridad- es reconocido sin problemas pasa de manera automática, de surgir alguna alerta intervendría la Policía. Los ciudadanos se reparten según su procedencia, facilitando la entrada de los transfronterizos regularizados por una vía distinta a los españoles y con especial consideración a los residentes en Ceuta.
España aspira a conseguir la tranquilidad y el orden en sus fronteras, facilitando además el control policial para alcanzar la seguridad en frontera sur.
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