Capitanía Marítima intervino ayer con celeridad tras producirse un vertido de fueloil cifrado en una tonelada. Se adoptaron rápidamente las medidas físicas, que pasaron por la colocación de una barrera y la disposición de medios de emergencia. Pero también las administrativas, reteniendo al buque hasta que se aclare lo ocurrido.
Se trata del Tony Stark que incurrió en esta actuación mientras llevaba a cabo labores de bunkering. Ahora, tras la inspección cursada, se tratará de ver si se ha producido una actitud negligente para calibrar el alcance de las medidas que deben adoptarse por parte de los responsables.
En eso está la Capitanía, que ha demostrado sobradamente con su responsable Francisco Sierra al frente la contundencia y seriedad con la que se actúa ante hechos de este calado.
Las actividades de bunkering, ya lo denuncian los ecologistas, tienen riesgos. Pero lo que debe ser concretado en este caso es si, además del riesgo que entraña cualquier actuación de este tipo, aquí hubo negligencia.
De eso informará la Dirección General de Marina Mercante como de manera diligente lo hizo este jueves.
Ahora la clave está en saber si el vertido puede terminar llegando a las costas y qué tipo de consecuencias pueden producirse en pleno verano. Las administraciones y áreas competentes han dispuesto sus medios y las próximas horas van a ser determinantes.