Cuando R.A.D. iba caminando por las inmediaciones del Hospital Universitario y, al levantar la cabeza, advirtió que su ex mujer conducía un coche que subía la carretera que llega al susodicho hospital, avanzó de la acera hasta el asfalto para ponerse en medio del camino y tratar de torpedear –algo que consiguió– el rumbo del coche.
Fue entonces cuando el hombre pudo lanzar una manotada que impactó en uno de los espejos retrovisores del vehículo, golpe que despertó la reacción de la mujer, que nuevamente pisó el acelerador y, sorteando al hombre, pudo proseguir hacia arriba, como en un principio deseaba.
Por tales hechos, el hombre fue condenado ayer por el magistrado de la sala de lo Penal número dos por dos faltas, de daños y de coacciones, rebajándose por tanto la pena inicial a la que se enfrentaba, que era de dos delitos, también de coacciones y de daños.
De tal modo, el hombre estará localizado permanentemente durante cuatro días, consecuencia de la falta de coacciones y por la falta de daños deberá hacer frente al pago de una multa de tres euros al día durante treinta días, lo que supone un total de noventa euros, cantidad que R.A.D. deberá satisfacer en un único pago.
En otro juicio celebrado ayer en la sala de lo Penal número dos, dos jóvenes fueron condenados a dos años de prisión por incurrir en un delito de robo con violencia e intimidación; a una multa diaria de 3 euros durante 30 días por una falta de lesiones; a pagar una indemnización a la víctima de 1.500 euros; y a dos años de prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima. Ambos evitan ir a prisión por quedar suspendida la pena dos años. Dieron un tirón del bolso a una señora.