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Los tres acusados se declaran culpables y aceptan tres y dos años y medio de prisión tras tratar el año pasado de llevar a la península la droga oculta en garrafas de agua
En marzo del año pasado la Guardia Civil se incautó de 1,6 toneladas de hachís que habían permanecido ocultas en el interior de garrafas de agua preparadas en una batea para embarcar hacia la península. Las investigaciones derivaron un mes después en la detención de tres hombres, vecinos de Ceuta. Éstos se declararon ayer culpables en el Juzgado de lo Penal 1 de nuestra ciudad y aceptaron las penas mínimas por un delito de tráfico de drogas. Fue el acuerdo de conformidad que alcanzaron los abogados de la defensa y el Ministerio Fiscal. El primero de ellos, P.V.S., de 52 años de edad, aceptó una pena de tres años y un día de cárcel, mientras que los otros dos procesados, J.M.G.M. y J.A.G.M. de 60 y 56 años de edad, respectivamente, se conformaron con dos años y medio de prisión por el mismo delito. A éstos, el Ministerio Fiscal les aplicó el atenuante de colaboración con la justicia. Una acepción a la pena mínima que también se reflejó en las multas que se impusieron por el valor de la droga, más de 2,4 millones de euros. De no pagar estas cantidades, los procesados deberán cumplir tres días más de cárcel.
Así leyó la sentencia la titular del Juzgado después de que los tres procesados se declararan culpables del delito por el que el 15 y 16 de abril del año pasado fueron detenidos. P.V.S. fue el primero de los detenidos en la investigación que la Guardia Civil denominó ‘Operación Copos’. Trabajador de una conocida empresa de transportes en Ceuta, era el responsable de la batea donde se halló la droga. Los otros dos acusados también estaban implicados en la operación por la que debían pasar a la península 1,6 toneladas de hachís que fueron halladas en el interior de garrafas de agua, donde permanecieron ocultas durante varios días.
Una vez cruzado el Estrecho, se pondrían en contacto con terceras personas para completar el pase, pero algo se torció en esta operación, pues la batea permaneció en el Muelle de Poniente, en las instalaciones portuarias a la espera de poder embarcar. De las declaraciones de los acusados, a pesar de la colaboración que prestaron dos de ellos, no se ha podido identificar y localizar a esas terceras personas que, en la península iban a recepcionar el cargamento de droga, según expresó el Ministerio Fiscal en la vista de ayer.
Así las cosas y dada la aceptación de los cargos, los tres acusados se declararon culpables de haber acordado pasar a la península este cargamento de hachís aprovechando que los tres estaban relacionados con el transporte de mercancías entre Ceuta y la península.
Desde la detenciones, dos de los procesados han permanecido en prisión, por lo que tras ser condenados a dos años y medio pronto podrán acogerse al tercer grado y salir de la cárcel. En cambio, el tercer acusado ha permanecido en libertad provisional y deberá cumplir ahora tres años y un día de cárcel, pero su ingreso en prisión se ha aplazado. La juez de lo Penal 1 de nuestra ciudad aceptó la solicitud del abogado defensor para que P.V.S. ingrese en el Centro Penitenciario el 15 de enero de 2017, una vez resuelva sus asuntos personales y familiares antes. Una petición que aceptó la juez.
Los preparativos
Así, “convinieron entre los tres acusados el transporte hasta Ceuta de 18 jaulas metálicas que contenían 864 envases de 20 litros de agua mineral, las cuales hicieron llegar a Ceuta el día 11 de diciembre de 2014”, según reza el escrito de acusación del Ministerio Fiscal.
El relato de los hechos, que los tres acusados aceptaron, continúa con el desarrollo de esta operación de pase de droga. “Una vez que los bidones de agua habían sido servidos a sus diferentes compradores de la ciudad de Ceuta, ocultaron en los envases vacíos el hachís que los acusados previamente habían adquirido, dispuestos en bloques”.
La droga, según consta en las pesquisas desarrolladas hace más de un año por la Guardia Civil, se cree que fue introducida en la ciudad autónoma “en pequeñas partidas ocultas en dobles fondos practicados en vehículos a través de la frontera del Tarajal y posteriormente almacenada en una nave industrial hasta el momento de ser transportada a la península, simulando un transporte legal a fin de evitar levantar sospechas a las autoridades aduaneras”.
Así pues, una vez hecho el acopio de la mercancía y su ocultación en las garrafas de agua, los acusados ocultaron la droga en el interior de una batea, propiedad de la empresa de transportes en la que trabajaba uno de los procesados, “con el fin de trasladar dicha batea a la península a través del puerto de Málaga, donde los acusados pensaban destinar la sustancia a su venta o distribución a terceras personas”.
El hallazgo
En la tarde del día 3 de marzo de 2015, unos tres meses después de los preparativos de esta operación, la batea con la droga oculta en su interior estaba aparcada en la puerta de la empresa de transportes antes referida, en el muelle de Poniente, “a la espera de que el acusado P.V.S. gestionara los trámites aduaneros necesarios que permitieran la salida de la batea de la ciudad y su transporte hasta la península”.
La batea estuvo allí un tiempo aparcada lo que levantó las sospechas del responsable y dueño de la empresa. Éste llamó a la Guardia Civil, cuyos agentes inspeccionaron la batea y allí hallaron junto a las jaulas metálicas con los bidones de agua vacíos, “tres envases precintados que contenían 1.427 bloques de hachís” con un peso de 1,6 toneladas.
La investigación
Tras tan importante hallazgo, los agentes de la Benemérita, concretamente, los miembros de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial (UOPJ), iniciaron la investigación pertinente para esclarecer los hechos. Mes y medio después de seguimientos y pesquisas detuvieron a los tres hombres ayer condenados y registraron una nave industrial, que supuestamente sirvió de ‘cobijo’ temporal de la droga una vez cruzó la frontera y donde se preparó para su traslado a la batea que la llevaría a la península.
Tras efectuar los arrestos, la Guardia Civil informó de que la operación se mantenía abierta pues no se descartaban más detenciones de personas posiblemente implicadas en este delito. No obstante, en el juicio de ayer únicamente se dirimió la autoría para los tres procesados.
LAS CLAVES
- Denuncia
La propia empresa llama a la Guardia Civil
La empresa de transportes sospechó de la batea que estaba aparcada desde hacía tiempo en el mismo lugar. La Guardia Civil halló en su interior 1,6 toneladas de hachís.
- Investigación
Tres detenidos en un mes
Las pesquisas concluyeron con la detención de tres hombres, uno de ellos trabajador de la empresa de transportes. El mismo que ha sido condenado a tres años y un día de prisión, pero no ingresará hasta el 15 de enero de 2017.
- Penas mínimas
Colaboración con la justicia
Los otros dos acusados ofrecieron a los investigadores más pistas sobre la operación que iban a llevar a cabo, pero no ha sido posible identificar a más personas implicadas en la trama ni las que iban a recepcionar la droga en Málaga.
Incógnitas sin resolver
Las pesquisas llevadas a cabo hace más de un año por la Guardia Civil han dejado algunos flecos por resolver. A pesar de haber realizado tres detenciones y que éstos fueran condenados ayer por el intento de llevar a la península de 1,6 toneladas de hachís se desconoce cómo se introdujo la droga en la ciudad autónoma, por qué se mantuvo tanto tiempo oculta en la batea aparcada en el puerto de Ceuta y quién o quiénes eran las personas que estaban implicadas en la operación e iban a recibir el cargamento del estupefaciente.
De la información sobre la investigación de la que la propia Guardia Civil informó en abril de 2015, tras los arrestos realizados, los investigadores creen que la droga fue introducida en nuestra ciudad a través de la frontera del Tarajal. Se había ocultado en dobles fondos practicados en vehículos que cruzaron el paso fronterizo con pequeñas cantidades que luego se iban almacenando en una nave industrial de la ciudad. En una de estas naves, los investigadores de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial (UOPJ) realizaron un registro al tiempo que procedieron a la detención de estos tres hombres, de entre 50 y 60 años, vecinos de Ceuta y relacionados estrechamente con el transporte de mercancías entre la ciudad y la península.
Los bloques de hachís, tal y como fueron hallados el 3 de marzo de 2015, fueron ocultados en el interior de tres envases precintados e introducidos en la batea, que ya estaba preparada para el regreso a la península desde diciembre del año anterior, esto es, 2014. ‘Algo’ tuvo que pasar para que esta operación fallara o se retrasara en el tiempo, pues precisamente fue la prolongada estancia de la batea aparcada cerca de la empresa transportista, lo que levantó la sospechas del dueño de la misma.
Después del hallazgo de las toneladas de hachís y la detención de los implicados, las pesquisas continuaron en aras de identificar a más personas que podrían estar relacionados con esta trama de tráfico de drogas. Según declararon los acusados en dependencias judiciales, habría al menos una persona que sería la encargada de recepcionar el cargamento de droga en el puerto de Málaga, donde los investigadores determinaron que era el destino de la batea en cuestión. Sin embargo, tal y como señaló el Ministerio Fiscal ayer en el juicio oral, no se ha podido identificar y, en consecuencia, imputar a esa tercera o terceras personas que iban a recepcionar la droga y que formarían parte de este intento de pase de casi 1,6 toneladas de hachís.