La magistrada del Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta ha
condenado al marroquí I.N. a un año de prisión por un delito contra la salud pública, después de que en plena pandemia fuera vinculado por la Guardia Civil con un pase de
hachís a través de la
valla. En sentencia, a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso El Faro de Ceuta, se ordena comunicar la condena impuesta a la autoridad administrativa a los efectos de incoar el expediente sancionador.
El ahora condenado fue sorprendido en julio de 2021 en las inmediaciones del polígono del Tarajal por agentes de la Guardia Civil quienes, a su vez,
habían sido alertados desde la central COS. Se encontraba junto a otra persona que ya fue condenada por tráfico de drogas y a la que encontraron en su motocicleta casi 800 gramos de hachís que habían conseguido pasar por el vallado, como vía alternativa al cierre del paso fronterizo. La irrupción de los guardias evitó que el tráfico continuara.
La versión aportada por el acusado para exculparse de los hechos, “aun siendo posible”, tal y como recoge su señoría, “no genera la duda razonable pretendida por la defensa para fundar la absolución por cuanto no priva de calidad convictiva los testimonios de cargo”.
Las declaraciones ofrecidas por los guardias civiles que intervinieron aquella jornada son “creíbles y fiables” sin que quepan dudas “porque son testigos cualificados por su profesión y, en este caso, de máxima calidad”. Apunta que esto es así por “el contenido lógico, coherente y complementario de los testimonios y por la forma en la que declararon, con contundencia, espontaneidad, claridad y linealidad expositiva”, reseña la magistrada.
Los guardias civiles indicaron en sus declaraciones que en el momento de los hechos no detuvieron a I.N. porque Cruz Roja comunicó que estaba bajo su custodia en las naves. Cuando acudieron con posterioridad a por él, ya se había escapado.
Desde la central COS se comunicó en todo momento a los agentes actuantes que eran dos los individuos sospechosos que se habían posicionado junto al vallado para recoger una mercancía que resultó ser droga.
Para la magistrada, la participación del acusado en el pase de drogas ha quedado “plenamente acreditada”, imponiéndose la pena mínima, un año de prisión. El marroquí, que declaró a través de videoconferencia al encontrarse residiendo en la Península, negó en todo momento haber traficado con drogas, pero su versión no ha reunido los requisitos para terminar teniendo más fundamento y credibilidad que la de los diferentes guardias civiles.