El anuncio efectuado por el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, de mostrar su voluntad de retirar de las vallas de Ceuta y Melilla las concertinas provocó ayer una auténtica cascada de reacciones ya que, de nuevo, se reabre el debate sobre el uso de lo que fueron bautizados como “medios disuasorios”.
Marlaska detalló que se pedirá un informe para ver qué otras medidas pueden sustituirlas. Es decir, el ministro tan solo ha trasladado un deseo, que por otro lado nunca ha sido negado por el Gobierno de Pedro Sánchez, pero estudiando otras alternativas.
“No es aceptable” ver a personas saltando la verja, dijo. “Haré todo lo posible para que las concertinas puedan ser retiradas”, declaró en una entrevista concedida a nivel nacional a Onda Cero. Con el anuncio hecho en Madrid, donde realmente ha tenido consecuencias ha sido en Ceuta y Melilla.
Consecuencias traducidas en inquietud en el seno del Instituto Armado, porque no saben bien los giros que pretenden darse a una política de fronteras.
Retumban los ecos del miedo, los derivados de un temor a que haya acercamientos masivos... Pero de momento todo son esperas. A nivel nacional los representantes de las asociaciones de guardias civiles y policías nacionales ya han hablado.
Y no precisamente para contrariar a un ministro con el que deben abordar su tema estrella: la equiparación salarial.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) también ha celebrado el anuncio realizado ayer por el ministro del Interior respecto a la retirada de las concertinas de las vallas fronterizas en Ceuta y Melilla.
Para AUGC, las concertinas resultan muy lesivas y provocan graves daños y heridas muy profundas en las personas que tratan de acceder a nuestro país por esa vía, además de haber sido duramente criticadas por organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, resultaban ineficaces, ya que ha quedado demostrado que no solucionan el problema de la inmigración irregular en nuestras fronteras.
Reclaman medios alternativos y mejoras en la detección de los acercamientos. En Ceuta las consecuencias de esas concertinas son conocidas tanto en la ristra de heridos que ha dejado como en las muertes. La más recordada, en el año 2009, la de Sambo Sadiako, desangrado por estas cuchillas.
El secretario general del Sindicato Unificado de la Policía, Ramón Cossio, coincide en la necesidad de su retirada. Pero sobre todo encima de la mesa prevalece la polémica de las devoluciones en caliente.
Es lo que teme la Guardia Civil, que se anulen y que no puedan devolver a Marruecos a las personas que llegan a pesar de que estos procedimientos están incluso denunciados ante instancias europeas y han sido motivo de queja continuada por parte de las oenegés.
Sobre este asunto no ha hablado Marlaska, por lo que a pie de valla la Benemérita sigue trabajando con los protocolos en vigor durante el gobierno del PP.
El primer acercamiento ocurrido en pleno cambio de gestión política se produjo la semana pasada y se actuó de la misma manera.
En Ceuta solo ingresaron en el CETI aquellos inmigrantes que lograron escapar, heridos, hacia el Príncipe llegando después al centro del Jaral. El que quedó entre vallas también fue trasladado al hospital, herido.
Más allá de la valla: las otras concertinas de Ceuta
El anuncio del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha provocado una auténtica cadena de reacciones. Desde el año 2005 la valla de Ceuta, como la de Melilla, está rodeada de hileras de cuchillas y alambres. Ahora, a las primeras, se les quiere poner el punto y final para evitar situaciones inhumanas, rechazadas y duras.
Pero las de la valla no son las únicas concertinas que hay en Ceuta, aunque sí las más famosas. El puerto ha ido avanzando en la adopción de nuevos medios para evitar no la entrada de inmigrantes sino lo contrario: su fuga.
A las placas, a la mayor vigilancia policial, a los alambres… se han añadido otro tipo de concertinas que, a modo de cuchillas, buscan disuadir a los magrebíes que intentan cruzar hacia la zona de embarquepara así llegar de forma clandestina a la península.
Estas son las otras concertinas de Ceuta, las que también existen, las que también se encuentran y las que visibilizan una política migratoria ahora puesta en entredicho por el gobierno de Pedro Sánchez.