El pulmón común, nuestros montes, agoniza ante la ecuación nacida de una nula conciencia medioambiental y de una ausencia de mantenimiento por parte de las instituciones.
La acumulación de basuras en los montes es un hecho. Las redes sociales se han convertido en el visor de alerta sobre lo que está pasando. Cualquier ciudadano ‘armado’ con su teléfono móvil puede dar mayor difusión a las capturas sobre el estado del monte o de los propios miradores. Capturas que incluso pueden tener un alcance mayor a través de blogs de denuncia como El Blog Verde, de reciente creación y con casi 400 seguidores, dedicado a sacar los colores a las autoridades al difundir el estado en que se encuentran nuestros espacios comunes.
La ruta del Hacho es un buen ejemplo. Los miradores dejan ver el resultado de las acciones particulares de algunos con consecuencias negativas para todos. Las faldas de los montes asoman repletas de bolsas de basura, muebles e incluso electrodomésticos. A esto se añade el deficiente mantenimiento de infraestructuras que tras resultar dañadas tardan demasiado tiempo en ser arregladas. Asociaciones ecologistas han reclamado la adopción de planes comunes de actuación para acometer soluciones efectivas. Hoy por hoy las vistas que debiéramos tener no son las adecuadas.