¿Cómo construyen su identidad las personas que cruzan habitualmente la frontera entre España y Marruecos? Es una de las preguntas que pretende responder la tesis ‘Narrativas identitarias en la frontera entre Ceuta y Tetuán’, de la investigadora de la Universidad de Sevilla Alicia Español Nogueiro.
Tras meses de estudio de campo entre 2015 y 2016, Español presentó hace una semana su trabajo. En él, identificó un total de 36 grupos de personas según la actividad o motivo de cruce de la frontera hispano-marroquí, a las que agrupó según la regularidad del paso de un lado al otro.
En el estudio, se diferencia entre personas que cruzan frecuentemente -porteadoras, comerciantes y contrabandistas, empleadas domésticas, estudiantes de educación superior, funcionarios y profesionales liberales-, ocasionalmente -compras, turismo, visitas a familiares...- y quienes no la traspasan -agentes de seguridad del Estado-.
Una de las principales conclusiones de la investigación mantiene la línea de muchos estudiosos de territorios fronterizos: que la condición de frontera se lleva a cuestas, como si fuese una delimitación pintada que afecta directamente en la vida y la mentalidad de las personas.
Los entrevistados mostraron, por lo general, un “rechazo” a la “gente de frontera”
Todos esos perfiles estructuran a la sociedad ceutí y tetuaní, aunque según el contexto o el momento de su vida, cada persona puede adoptar varios de esos roles. Según la investigadora, en muchas de sus entrevistas encontró casos de personas que intentaban vivir al margen de un paso fronterizo denostado, algunas incluso que nunca habían visitado el otro lado: “Hay quien quiere poner un muro y no interesarse por lo que hay más allá y hay gente que intenta diluir esa frontera y buscar el contacto con el otro”. La frontera, a su juicio, es paradigmática: por un lado está separando y al mismo tiempo genera unión y continuidad. Entre quienes apuestan por afrontar la realidad y asumir el paso como algo positivo se encontrarían los ceutíes con vínculos -muchas veces familiares- con Marruecos.
En la investigación se encuentran conclusiones que coinciden con anteriores estudios. La más clara es que, desde el punto de vista psicológico, vivir diariamente junto a una frontera tiene sus consecuencias. Así lo exponía ya Keina Espiñeira, que además ampliaba los límites geográficos: la frontera no sólo estaría en la valla y alrededores, sino que ese espíritu se expande; la gente hace y reproduce la valla y hay características que en España se extienden hasta el centro del país, por todas las zonas afectadas por la inmigración ilegal.
En la frontera de México y Estados Unidos, zona referente en este tipo de estudios, se ha hablado de una cultura de fronteras; una identidad y orgullo fronterizo. En el caso de Tetuán y Ceuta, Español encontró un rechazo sistemático a esa “gente de la frontera”, que se asimilaba a las personas dedicadas al porteo. Las personas entrevistadas encontraban el Tarajal como algo “deleznable”, “sucio” o “poco ético”, hasta el punto de que no querían identificarse con la frontera.
México y el ejemplo de las ciudades gemelas
La frontera de México y Estados Unidos es el lugar más estudiado para los teóricos de este tipo de estudios. Pablo Vila, en una de sus investigaciones, trabajó con el concepto ‘Twin Towns’, utilizado por Alicia Español en su tesis. Estas ‘ciudades gemelas’ -traducción- se desarrollan a lo largo de la línea que separa ambos países, que encuentra poblaciones que crecen muy cerca de la localidad limítrofe al otro lado pero a muchos kilómetros de la siguiente en territorio nacional. Pueblos que se necesitan el uno del otro y en el que se encuentran dos estilos: los ‘reforzing borders’ -quieren reforzar las fronteras- y los ‘crossing borders’ -quieren derribarlas-.
Sin noticias, de la visita del okupa y del mjzen a los lugares de riesgo y pobresa e Marruecos, solo hablaron de organizar un mundial a tres bandas, para eso no era necesario que fuera el okupa con a ver mandado a ZP nos habia salido mas barato.
Pero en serio ¿A esto se le llama frontera? Si venimos a la realidad no es una frontera por que ceuta todavia sigue con el libre transito de personas y comercio , eso lo han puesto para regular un poco el paso a nuestra ciudad pero aun asi no ha habido ninguna solucion
Pobre conclusión, la frontera del tarajal es algo mucho más complejo y este estudio no descubre nada ni explica muchos fenómenos que rodean las dos partes de la frontera