La fiesta de la Mochila, que coincide con el Día de todos los Santos y supone una tradición que Ceuta comparte, consiste en compartir la jornada del 1 de noviembre en el campo con familiares y amigos. En los montes, todos juntos disfrutan de juegos, frutos secos y alimentos de temporada frescos.
El devenir de los tiempos ha provocado que la forma en que se festeja haya cambiado desde sus orígenes a la actualidad, aunque conserva su espíritu de siempre.
Esta tradición se remonta a hace más de cien años y los historiadores apuntan a que el germen de La Mochila está en la visita a los cementerios en el Día de los Difuntos, especialmente en la Edad Media, cuando se encontraban a las afueras de los núcleos poblacionales.
En Ceuta, desplazarse hasta el camposanto de Santa Catalina, en una época en que el coche era un producto de lujo, se asemejaba a una excursión.
Los relatos de hace 50 años hablan de familias enteras que, de camino al cementerio de Santa Catalina, hacían paradas para disfrutar del almuerzo.
Otros vinculan esta tradición con la jornada de la Loma de las Mochilas de la Guerra de Africa, siendo potenciada por grupos de exploradores que idearon esta fiesta portando bolsas cargadas de frutos secos al monte para poder alimentarse durante la jornada.
A principios del siglo XX los ceutíes desligan esta fiesta de la esfera religiosa y se convierte en otro tipo de día festivo, con reclamos como los frutos secos que traían los barcos que se llevaban a los trabajadores de la Almadraba, la llegada de las frutas de otoño o incluso los dulces de la cercana Navidad.
El avance de Halloween come terreno a esta tradición
No obstante, el avance de Halloween en la Víspera de Todos los Santos socava esta tradición que le está comiendo terreno en el calendario y resta protagonismo a la típica excursión del 1 de noviembre.
La Mochila también ha sido un momento esperado por los puestos de los mercados debido a la venta de frutos secos y otros productos de temporada como la chirimoya. Sin embargo, este retroceso en su celebración, también repercute en el comercio que moviliza estas fechas tan señaladas.
La posibilidad de hacer puente y la apertura de la frontera de Ceuta con Marruecos también amplían las posibilidades de disfrute de unos días en los que, a pesar de ser laborables, son no lectivos y los ceutíes optan por hacer planes para disfrutarlos en familia.