“No vamos a permitir que Hadú se pierda y que pase como ocurrió en el Príncipe”. Quien habla es un vecino de Hadú, uno de tantos que participa en la campaña de recogida de firmas que va a iniciar la asociación de vecinos para conseguir rúbricas entre comerciantes y residentes del barrio. ¿El objetivo? Ya que no pueden evitar que la Benemérita termine trasladándose al entorno de San Amaro, forzar para que haya una permanencia de esta fuerza de seguridad en la barriada. Y es que temen que la desaparición del cuartelillo como tal suponga lo que ya supuso la marcha, allá por finales de los noventa, de los guardias civiles del Príncipe: es decir, desbarajuste, más delincuencia y caos, mucho caos.
Lo que quieren los vecinos es conseguir el número suficiente de firmas como para presentar una queja seria a la Delegación y a la Ciudad para mostrar públicamente la querencia que tiene un barrio por la presencia de la Benemérita en la zona.
Que el Instituto Armado permanezca allí genera cierta sensación de seguridad entre unos vecinos que lamentan la degradación que está teniendo el barrio. Cada vez con más venta de droga y con mayor número de episodios delictivos. De los atracos menos violentos se ha pasado a otros marcados por importantes dosis de agresividad. Todavía se recuerda el intento de robo al estanquero del barrio, en agosto, (todavía no se ha detenido al autor), o el tiroteo contra dos hermanos en torno al cual existía, al parecer, un móvil sentimental. A la barriada esto no le importa, quieren seguridad y defienden que si hay un abandono en masa de la presencia de los guardias, el repunte delincuencial será aún mayor.
No les falta fundamento porque esa degradación que temen ya se produjo en el Príncipe, lo que hace que ahora sus vecinos estén pidiendo a gritos que vuelva la presencia fija policial más allá de la que representan los cinco policías locales que trabajan, en horario de funcionario, en el Polifuncional.