La prensa marroquí sigue con interés el tema del futuro túnel a través del Estrecho de Gibraltar que uniría Cabo Malabata en Marruecos con Punta Paloma en España. El reabrir el asunto ha sido una de las concesiones que se han puesto en marcha tras la entrevista entre el Rey marroquí y el Presidente Sánchez. Dicho encuentro, como es sabido, fue el inicio de una serie de medidas favorables a nuestro vecino del sur, mientras que éste incumplía acuerdos como la puesta en marcha de las Aduanas Comerciales de Ceuta y Melilla.
Lo cierto es que los medios de comunicación españoles y la opinión pública no le están dando la importancia que tiene este asunto y las costosas medidas preliminares que están siendo financiadas por España, como el Estudio de que se encargó a la empresa Herrenknecht ibérica, junto a otros previos para instalación de sismógrafos, por ejemplo.
El túnel tendría un largo de 38,5 kilómetros de los que 28 serán bajo el mar y su objetivo relanzar el tráfico entre Europa y África, tanto en lo que se refiere a mercancías como a pasajeros, teniendo como base la experiencia del existente en el Canal de la Mancha, por lo que dispondrá de dos canales de ida y vuelta para un enlace de ferrocarril de alta velocidad y un tercer canal para servicios. Y aunque últimamente las perspectivas se retrasaron por temas sismológicos y otros, es preciso participar, por lo que parece evidente.
Y es que no cabe duda que este ambicioso proyecto convertiría a nuestra ciudad en un pueblo marginado completamente por el túnel y sería imprescindible encontrar alternativas, como por ejemplo un ramal a Ceuta, porque podría pasarle lo mismo que a esos pueblos en declive debido a la existencia de desviaciones de carreteras o autopistas y es por ello que los políticos locales y en especial el gobierno de la Ciudad tienen el derecho y el deber de intervenir eficazmente en las negociaciones de este importante proyecto.