Cinco minutos. Ese es el tiempo de margen que dan las concertinas a la Guardia Civil para intervenir desde que recibe la alerta de la presencia de un inmigrante trepando por la valla. Cinco minutos es lo que le cuesta, a quien tiene por objetivo cruzar sí o sí, pelearse con las hileras de cuchillas que el departamente que dirige Fernando Grande Marlaska quiere quitar. Cinco minutos es además el tiempo en el que esa misma persona puede terminar tan desangrada que tengan que coser su cuerpo en el Hospital o, como le sucedió en 2009 al senegalés Sambo Sadiako, acabe enterrado en un nicho de Santa Catalina.
La Dirección General de la Guardia Civil ha remitido un informe a Interior con sus alternativas a estos “medios disuasorios”, como los definió el PP, quien se encargó de mantener en el tiempo la obra colocada por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. En ese documento se hace mención al tiempo de reacción que ganan los agentes con las actuales concertinas, pero también a otras ideas que podrían garantizar que esa capacidad de los agentes del Instituto Armado no quede mermada.
Según fuentes de toda solvencia consultadas por este periódico, la alternativa planteada al ministro Marlaska pasa por colocar en la parte en donde ahora están las concertinas unas planchas metálicas, a imagen y semejanza de las que ya existen en la zona portuaria, pero que estarían inclinadas hacia el lado marroquí. El inmigrante que quisiera trepar por la valla se toparía con una placa inclinada hacia su propia persona, a modo casi de techado, que le impediría seguir su camino.
La base del vallado debería ser reforzada para poder sostener las placas
No obstante esta solución tiene una grave traba: la orografía del terreno. El vallado debería ser reforzado en su base de manera extraordinaria para poder soportar con garantías esas planchas evitando un mal mayor, que se desplomaran o que, con los fuertes vientos y temporales, se desprendieran convirtiéndose en elementos cortantes y sin control.
A la empresa que se encarga del mantenimiento del vallado, Ferrovial, se le ha pedido otro informe sobre sus opiniones al respecto, al objeto de garantizar la viabilidad de una obra de esta envergadura. Así, de ponerse en marcha, se eliminaría el problema de las concertinas, cuya imagen supone toda una obsesión para el PSOE.
Otra idea: duplicar el grosor del mallazo para evitar que lo corten con cizallas
¿Pero la efectividad en cuanto a vigilancia? En las últimas entradas masivas los inmigrantes usaron radiales para cortar la valla y terminaron reventándola para cruzarla, no la saltaron. Reforzar el mallazo también se ha barajado como un complemento en ese ideario presentado por la Dirección, pero aún duplicando el grosor actual, eso serviría para ‘combatir’ el empleo de las cizallas pero no las radiales como las que emplearon algunos de los subsaharianos, tanto eléctricas como manejadas con alimentador que garantiza su uso un tiempo.
El Instituto Armado trabaja en la necesidad de adoptar una medida integral en la valla, no solo ciñéndose a la retirada de las concertinas sino también en el ámbito tecnológico, superando el actual control desde el COS. Algunas voces proponen que la base del vallado sea reforzada con un pequeño murete que frenaría, al menos en su parte más baja, causar esos destrozos.
El melón que abrió Marlaska
Octubre: el último aviso mediático tras múltiples comparecencias
El Ministerio del Interior decidirá “próximamente” el medio que sustituirá a las concertinas en el perímetro fronterizo de Ceuta y Melilla. Dice su titular, Fernando Grande Marlaska, que tiene ya tres alternativas para ejecutar un cambio que se ha convertido en una de las promesas del PSOE. Es este el último aviso mediático tras mútiples comparecencias de un ministro que lleva diciendo, desde el verano, que está cada vez más cerca de ‘dar con la tecla’. En su comparecencia en la Comisión de Interior del Senado, insistió en que el nuevo método garantizará incluso una “mayor seguridad” que la que existe actualmente. Las concertinas fueron colocadas en el vallado por un gobierno del PSOE y mantenidas en el tiempo por los populares. Solo fueron retiradas de manera parcial en Melilla, pero nunca lo han sido en Ceuta, en donde se han producido accidentes graves de inmigrantes cortados por las cuchillas. Aunque el PP los tildó de medios disuasorios, han causado muertes de personas que han perdido la vida desangrados por estos medios que, aseguran los expertos, frenan la escalada hasta cinco minutos. Marlaska ha insistido en que retirar, se retiran.
El referente del puerto
El perímetro de todo el entorno portuario se ha ido blindando poco a poco con fórmulas que no son lo éxitosas que la Autoridad Portuaria quisiera, en ese afán que persigue por frenar la intrusión de personas en los barcos que, ya en más de una ocasión, se han visto obligados a regresar a puerto con los gastos que esto supone. El blindaje comenzó con la colocación de concertinas, de las que por cierto nadie habla ni tampoco el ministro de Interior se pronuncia a pesar de que también han causado ya lesiones. A esto se sumó la colocación de planchas para que los inmigrantes que quisieran trepar lo tuvieran más complicado. Y por último se reforzaron los barrotes que, en buena parte, han sido cortados. Estas medidas son, en principio, un blindaje para el acceso al entorno del puerto pero en la práctica no consiguen ese efecto. La Asociación de Transportistas esta cansada de denunciar la indefensión que sienten toda vez que topan con inmigrantes en sus cargas y son ellos mismos los que deben advertir a las fuerzas de seguridad para que los intercepten. En las escolleras también se colocaron mallazos que quedaron destrozados.
La valla y el terreno sobre el que se asienta
Cuando a finales de los años 90 la inmigración empezó a hacerse visible en Ceuta, se levantó una valla que chocó desde un principio con la particular orografía del terreno. Los más de ocho kilómetros de perímetro fronterizo han sufrido más de un derrumbe debido a lo complicado para que esta construcción quede asentada sobre el terreno. La valla fue elevándose poco a poco a modo de medida para blindar la entrada de inmigrantes algo que, de acuerdo con los sucesos que se han ido sucediendo, no tiene efectividad alguna. La estructura de la propia frontera, tal y como fue concebida cuando se construyó, nada tiene que ver con la situación actual. Ni siquiera ese particular ‘Gran Hermano’ de sensores y cámaras que son controladas desde la central COS otorga el blindaje al 100% que se requiere en una línea perimetral en la que la vigilancia que presten las fuerzas de seguridad marroquíes es clave. El destino de un helicóptero con base fija en Ceuta ha servido para controlar las alertas dadas sobre posibles acercamientos al lugar.
De los saltos a reventar la valla
Las dos últimas entradas masivas de inmigrantes que se han producido este verano no han sido saltos, aunque así mismo fueron calificados por el Ministerio de Interior o, incongruentemente, por la Dirección General de la Guardia Civil. Los subsaharianos que protagonizaron estos pases marcados además por la hilera de heridos en las filas de la Benemérita reventaron la valla. Fue así como la cruzaron, con el empleo de radiales y la organización de todos los grupos que sirvió para cruzar a Ceuta sin tener que trepar por la valla y toparse con las concertinas. Lo disuasorio de las cuchillas no tiene sentido alguno cuando la vía de pase no es la de trepar por la doble valla sino que se centran en destrozarla. Otras vías de entrada que se han utilizado en los últimos años han sido las alcantarillas, aunque buena parte fueron selladas para evitar tanto el acceso de personas como el contrabando de mercancía o de hachís, como fue descubierto en varias ocasiones por los agentes que patrullan el entorno perimetral. Hay además puntos del vallado que son ciegos, es decir, en donde los modos de pase no pueden ser detectados a tiempo por las fuerzas de seguridad, siendo los más elegidos por la población migrante en los últimos años.
Hay una cosa que se llama TASER que utilizan como pistola de descarga eléctrica que no deja daños a nadie. Es una descarga eléctrica como la del cable de control de vacas que tiene cargas eléctricas y no tiene ningún riesgo para el que las recibe. Yo pondría descarga eléctrica en las vallas. Seguro que no escalan ni la tocarian sin tener consecuencias. Ni escalarian la valla, ni la tocaría siquiera. Nadie saldría herido. Descarga eléctrica sin dolor ni daños. Paralizante y no entra ni el tato de forma ilegal.
No es necesario reforzar,poner planchas,concertinas etc,es devolverlos,esto no da más de sí, ¡que nos están invadiendo,señores.!
Pero devolverlos según entran, total lo hag amos como lo hagamos alguien dirá que lo hicimos mal, pues por lo menos así nos ahorramos el mantenerlos mientras se llevan los trámites a termino
Totalmente de acuerdo,Iván.