Han pasado casi tres años y medio del último encuentro mantenido en Moncloa entre el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y el del Gobierno de España, Pedro Sánchez. El de este viernes era una cita clave porque Ceuta aspira a alcanzar una serie de mejoras y avances para los que requiere la implicación del Estado.
El mandatario ceutí, ejemplo claro de lo que es la lealtad institucional, ha encontrado en Sánchez el respaldo a una tierra que, como siempre se ha encargado de recalcar Vivas, tiene problemas, pero no es un problema.
La Estrategia de Seguridad Nacional aprobada en diciembre de 2021, justo después de los graves episodios de la crisis de mayo, reflejó de manera expresa, que Ceuta y Melilla, por su localización geográfica en el continente africano y por la especificidad de su frontera, española y europea, requerían de una especial atención por parte de la Administración General del Estado para garantizar la seguridad y bienestar de sus ciudadanos.
Sobre este asunto se ha hablado, hallando en el Gobierno central el talante de seguir respaldando políticas que ayuden a mejorar la situación de una Ceuta que marcha encaminada a cambios determinantes para, por ejemplo, su economía.
Desde la aprobación de esa Estrategia de Seguridad Nacional, se han dado pasos de significada relevancia en relación con el objetivo en la misma establecido, como es el caso del desarrollo del proyecto sobre conexión eléctrica con la península mediante el tendido de un cable submarino, la concreción del calendario para llevar a cabo una también histórica cesión de suelo en desuso del Ministerio de Defensa, sin merma de las capacidades de este, la aprobación, en octubre de 2022, de un Plan Integral de Desarrollo Socioeconómico o la exigencia de visado para el acceso a Ceuta de las personas no residentes en el espacio Schengen.
Pero queda mucho más por hacer y en eso se ha centrado el debate entre ambos presidentes enmarcado en una lealtad institucional de peso para conseguir mejoras para Ceuta.
La ciudad necesita superar el problema de la absoluta precariedad para atender a los menores ante una verdadera emergencia con una capacidad de acogida que se encuentra excedida en un 500%.
Y ante esto la Ciudad se encuentra impotente, por cuanto que escapan de su alcance las causas que originan el problema como sus posibles soluciones. “Tenemos la competencia, pero no las capacidades para atenderla”, expuso el propio Vivas.
Ceuta necesita de una solución estructural, basada en el traslado de menores entre comunidades, conforme a unos criterios objetivos de reparto y contando para ello con la financiación del Estado que proceda, previa la necesaria modificación de la vigente Ley de Extranjería.
En este sentido Vivas lo tiene claro: es presidente de todos los ceutíes y como tal, defiende esa máxima, aunque sea contraria a la del PP, su partido. Algo que no lleva en silencio, sino que lo ha trasladado a la propia dirección nacional.
Con Sánchez se han expuesto necesidades como la de disponer de una frontera de Ceuta que sea la de todos y para ello debe estar debidamente dotada y preparada para el caso de que vuelvan a repetirse los intentos de asalto masivo producidos el pasado mes de septiembre.
Un 15-S que fue delicado y en el que se tuvo que actuar de manera coordinada para evitar un mal mayor en la ciudad.
Ceuta mira más allá de la frontera y de la pretendida aduana comercial, puesto que aspira a otro modelo económico de futuro que sea distinto, estable, con mayor capacidad de crear empleo, verde, azul e inteligente, que “no es ninguna utopía, se ve avalado por unos resultados sin duda alentadores, pero no es suficiente, el logro del objetivo exige del impulso decisivo del Estado para mejorar las bonificaciones en las cotizaciones a la Seguridad Social y la que, vinculada al empleo, se contempla en el Impuesto sobre Sociedades, la dinamización del puerto, el abaratamiento de las comunicaciones marítimas y aéreas, la ampliación de la oferta de estudios universitarios y de Formación Profesional; y la anunciada normalización del paso fronterizo de mercancías, tanto en régimen de viajeros como en expediciones comerciales".
La cita entre Vivas y Sánchez es histórica, como lo son los asuntos abordados que pretenden suplir deficiencias como el claro déficit en materia de vivienda en comparación con el resto de España; razón por la que se precisa la puesta en marcha de una acción concertada entre las dos administraciones para la construcción de viviendas sociales y de precio asequible, o que la hacienda de la Ciudad debe ser compensada por los gastos que incurre en la producción de agua, en el transporte de residuos a la península y, sin tener atribuida la competencia, en educación.
Ceuta ha encontrado en Moncloa la receptividad de un presidente que ha evidenciado una “buena disposición”. “Me ha dicho que considera razonables los planteamientos, que se trasladarán a los ministerios correspondientes”, ha detallado el presidente.
“Considero conveniente precisar, que, en relación con las peticiones planteadas al Gobierno de la Nación, éste podrá contar, tal como avalan los hechos, con la lealtad institucional, responsabilidad y sentido de Estado del Gobierno de la Ciudad”, ha apuntillado.
“Lealtad institucional, responsabilidad y sentido de Estado, al margen de siglas, que, en el caso de Ceuta y por razón de la complejidad de los retos, amenazas y riesgos a los que nos enfrentamos, deja de ser una opción deseable para convertirse en una condición necesaria, en una obligación inexcusable”.