El Centro Asesor de la Mujer, dependiente de la Consejería de Servicios Sociales de Ceuta durante la última legislatura, ha sacado a concurso por 166.000 euros la puesta en marcha de un servicio de reeducación de maltratadores en el que, durante un año, se reciba, intervenga y evalúe a hombres condenados por violencia de género o que acudan voluntariamente.
Su objetivo será “prevenir posteriores situaciones de violencia e impedir la extensión de la misma hacia los menores, así como dotar a los varones de las habilidades personales para hacer frente a sus frustraciones dotándoles de estrategias de resolución de conflictos por vías no violentas”.
La iniciativa se enmarca en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género y la asistencia será obligatoria para condenados cuya pena de prisión haya quedado suspendida y voluntaria para aquellos casos en los que no haya procedimiento abierto, archivado o en los que no haya recaído sentencia.
También podrán ser beneficiarios voluntarios los hombres derivados por otros recursos o que, por incitativa propia, “asumen su responsabilidad en el maltrato ejercido, reconociendo los comportamientos de violencia que ejerce o ejerció y expresen cierto nivel de responsabilidad y cuestionamiento de los mismos”.
Deberán ofertar tratamientos individuales o grupales
La adjudicataria del contrato deberá ofertar tratamientos individuales o grupales “con un programa específico de intervención psicoterapéutica y de reeducación social”. La primera fase, de diagnóstico y evaluación, se prolongará durante un mes con sesiones individuales cada semana de una hora y media de duración.
La de intervención, individual y/o grupal, se extenderá durante los nueve meses siguientes con una sesión de dos horas cada semana y grupos de entre seis y diez usuarios. La metodología de los encuentros estará compuesta “por exposiciones teóricas psicoeducativas, realización de técnicas, dinámicas y ejercicios”.
Dos meses más durará la fase de “seguimiento” para “reforzar la intervención a partir de un acompañamiento posterior al tratamiento que favorezca la permanencia y consolidación de los aprendizajes y cambios logrados, prevenir recaídas y evaluar el impacto y los resultados de las personas atendidas y en sus (ex) parejas”.
Los profesionales (dos graduados en Psicología con al menos un año de experiencia con hombres con problemas de control de la violencia y formación específica) tendrán que informar de la evolución favorable o parcialmente favorable de los participantes (un máximo de 70) en el proceso terapéutico.
"Abordar la violencia de género desde un enfoque integral"
La puesta en funcionamiento de este servicio parte del principio de que “abordar la violencia de género desde un enfoque integral significa no solo ocuparse de las víctimas, sino también del agresor” y de que “mantener la perspectiva de género, esto es, cuestionar cómo percibimos la conducta del que agrede y cómo nos la explicamos, también es esencial”.
El programa buscará “aumentar el bienestar psicológico de mujeres y/o hijos víctimas de violencia de género” y “prevenir posteriores situaciones violentas”, así como “facilitar instrumentos al agresor para eliminar conductas de ese tipo a través del aprendizaje de alternativas más adaptativas”.
También “reducir la incidencia de aquellos factores de riesgo que pueden ser relevantes en la actitud de los hombres agresores como el déficit de autoestima o de competencia social, el consumo de sustancias y alcohol o las dificultades en la resolución de conflictos”.
Igualmente incidirá en “disminuir los episodios de ira mediante el aprendizaje de modos de negociación asertiva para conseguir un mayor autocontrol” y en cómo “establecer espacios de diálogo y colaboración, así como un reparto igualitario de los roles para así cuestionar los estereotipos masculinos de la sociedad patriarcal y las actitudes tradicionales”.