La Ciudad formaliza la adjudicación del Servicio de ayuda a domicilio a Cruz Blanca

El Órgano de Contratación de la Ciudad Autónoma publicó este sábado la formalización del contrato con la Casa San Vicente Paul- Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca por un importe de algo más de 3 millones de euros al año y dos anualidades de duración que se podrían prorrogar otras dos. Aunque este fue adjudicado en julio de este mismo año, hasta el sábado pasado no se formalizó el contrato.

Este servicio va destinado a personas mayores, con discapacidad o que presenten situaciones de vulnerabilidad social y gracias al mismo se ven beneficiadas personas en la situación anteriormente descrita que pueden seguir manteniendo cierta autonomía al continuar viviendo en su residencia habitual.

Actualmente son 361 los beneficiarios de esta ayuda domiciliaria básica, que da, además, empleo a 52 personas para los que se requieren 120.000 horas anuales de atención. En la prestación del servicio se incluye, además de otros servicios de atención, el transporte hasta los domicilios de las tres comidas diarias (desayuno, almuerzo y cena) con carácter diario, todos los días del año.

Este servicio, contemplado dentro de las actividades de Servicios Sociales en el Área de Mayores, atiende a unas 60 personas de forma diaria. Se trata de una prestación de carácter complementario realizada en el domicilio personal o familiar, que proporcional mediante personal cualificado y supervisado, una serie de atenciones asistenciales a personas que lo precisan. Su finalidad no es otra que promover, mantener o restablecer la autonomía personal con el objetivo de facilitar su permanencia en su entorno habitual, evitando de esta forma situaciones de desarraigo y desintegración social.

Los objetivos pretenden, fundamentalmente, estimular y potenciar la autonomía personal y facilitar las atenciones de carácter doméstico que supongan un apoyo personal o social necesario, así como prevenir las nunca deseables situaciones de necesidad y deterioro personal y social a causa de la soledad o la imposibilidad de desarrollar tareas muy habituales con normalidad. Es una ayuda que a este colectivo les resulta indispensable para mantenerse en su entorno de siempre, pues en su mayoría se trata de personas de edad avanzada cuyo traslado a otro sitio mermaría, en muchos casos, su situación cuando aún pueden tener una autonomía viable para permanecer en su domicilio habitual.

Además, la Ayuda Básica a Domicilio tiene otros fines dirigidos todos al mantenimiento de la autonomía de las personas en situación de vulnerabilidad a través del fomento de hábitos saludables, no sólo físicos sino también relacionados con la convivencia en su entorno más próximo, vecinal y familiar incluso, prevenir el deterioro personal y social, así como situaciones de necesidad, facilitar la adecuación de la vivienda a la persona atendida y favorecer en el usuario el desarrollo de capacidades personales, todo con el objetivo de prevenir y evitar un internamiento innecesario de personas que, con una alternativa adecuada, puedan permanecer en su domicilio.

¿Quiénes son los beneficiarios?

Los beneficiarios del Programa de Ayuda a Domicilio deberán cumplir determinados requisitos, como personas que opten por vivir en su hogar y requieran atención para seguir en él, personas que vivan solas o con otras personas mayores de 65 años, personas mayores que vivan con familiares pero que no los pueden atender por razones de edad, trabajo, etc., afectados por discapacidad del 33% o más, familias con dificultades graves para valerse por si mismas, mujeres con embarazos de alto riesgo, enfermedad grave o situación especial.

La valoración para su inclusión o no dentro de los beneficiarios de este servicio se llevará a cabo por los Servicios Técnicos de la propia Consejería de Servicios Sociales siguiendo las normas reguladoras y los criterios actuales.