La Ciudad creará un área para acoger autocaravanas junto a la desalinizadora

El Gobierno de la Ciudad va a invertir casi 640.000 euros de fondos europeos en la creación de un espacio en Ceuta de aparcamiento para autocaravanas en los terrenos ubicados junto a la desaladora por su fachada norte, junto a las escolleras que limitan con el mar. La actuación está enmarcada en el eje de competitividad turística y adscrita al hito de creación de valor, según han explicado fuentes de la Consejería de Fomento que lidera Alejandro Ramírez.

Esta es “una de las actuaciones más significativas de las 27 contempladas dentro del convenio que vamos a firmar con el Ministerio por un importe de 10 millones de euros y cuya firma se ha retrasado desde su presentación en FITUR debido a la reforma de la cuestión del IVA que se ha hecho por Real Decreto”.

La Consejería ha ido adelantando a través de Servicios Turísticos las actuaciones para iniciar los trabajos en cuanto se disponga de los fondos y cumplir con los plazos establecidos para la utilización de la transferencia que recibirá la administración local.

La habilitación de un espacio para autocaravanas en la ciudad con el fin de intentar entrar en ese nicho de actividad turística cada vez más en auge es un asunto que lleva casi diez años sobre la mesa de la Ciudad.

En 2013 el Ejecutivo local ya asumió el compromiso de crearlo en la misma zona que se plantea ahora, aunque posteriormente se barajaron otros emplazamientos que fueron desechándose, desde el llano de Juan XXIII hasta La Almadraba pasando por el muelle España o Calamocarro.

En 2015 el Pleno acordó declarar a Ceuta ‘Ciudad amiga del Autocaravanismo’ y “recuperar el proyecto de implantar un área exclusiva en la parte posterior de la planta desaladora que incluya un servicio de pago para el uso de puntos de luz, desagüe de aguas grises y vigilancia por cámaras que permita una estancia con los servicios que requiere este colectivo”.

El proyecto de acondicionamiento del área que ya tiene el Gobierno de Ceuta no altera el viario existente y mantiene la estructura general de la calle a la que desemboca, aunque genera una nueva salida desde la vía principal para dar acceso al vehículo de limpieza de las playas colindantes.

Actualmente la zona está semiurbanizada con un paseo peatonal que se piensa eliminar “para realizar una recuperación de la zona de litoral y tratar esta de forma respetuosa con el medio ambiente y haciéndola atractiva para los usuarios”. En el área no se detecta la presencia de infraestructuras más allá de la propia desoladora, un registro de agua y una estación de bombeo de aguas residuales.

En primer lugar se procederá a la demolición de pavimentos de baldosas de la entrada a la zona, junto a la vía principal, los bordillos, tanto de dicha entrada como de los caminos peatonales de la zona de obra y de la solera de hormigón.

Las acometidas a todas las infraestructuras se localizan en la vía principal de la zona a excepción de la de saneamiento, que se localiza en la estación de bombeo. Se prevé la instalación de alumbrado público del camino peatonal colindante a la desaladora, la canalización enterrada de la red de pluviales y la instalación de una red de riego de la zona ajardinada en la que se fomentará el uso de aguas regeneradas .

El proyecto cumplirá la Ley de Costas y el Reglamento General, con las que se topó la primera iniciativa de hace casi diez años, con varias intervenciones que apostarán por “materiales efímeros”. La idea es “recuperar el litoral al eliminar elementos de intentos anteriores de urbanización como aceras de hormigón en masa, plastas de hormigón, aparcamientos, canalizaciones al aire libre de evacuación de pluviales y enseres.

La zona se acondicionará con “materiales desmontables y reciclables” y no se emplearán “estructuras fijas ni cimentaciones de ningún tipo que no sean traviesas de madera reciclables”.

Además se hará la canalización de pluviales, que actualmente no están encauzadas y arrasan cada año el paraje, y se delimitará la superficie de intervención, que roza los 11.000 metros cuadrados, con bolardos de madera sobre bordillos de traviesas “para evitar que los vehículos invadan la zona de costas en periodo de verano”.

La recuperación del entorno se ha presupuestado en algo más de 530.000 euros con un plazo de ejecución estimado de 4 meses y con los 100.000 restantes se implementarán los servicios necesarios para atender a los autocaravanistas (básicamente, conexión eléctrica, toma de agua potable y acceso al alcantarillado para el vaciado de aguas grises y negras).

Para ajardinar la zona se preparará el terreno con tierra vegetal fertilizada, se realizará la instalación del goteo y se colocará césped por siembra. Aparte de esto, se plantarán especies vegetales ya presentes en la zona como Palmeras de California y Pita Americana para complementar la zona verde.

Retorno a La Sirena

Otra de las actuaciones que la Consejería prevé acometer con los fondos que reciba del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo es la rehabilitación del edificio de La Sirena de Punta Almina, en este caso con un presupuesto de 280.769 euros.

Ese Bien de Interés Cultural (BIC) ya fue reformado en 2010 por la Fundación Forja XXI, aunque su posterior abandono degeneró en el tapiado de todas sus puertas y ventanas para evitar la continua entrada de vándalos que arrasaron con su interior, aunque no han causado daños estructurales.

El nuevo proyecto elaborado pretende poner en marcha un centro de interpretación medioambiental con tres espacios cerrados y diferenciados: una sala para las asociaciones de deportes de montaña y senderismo, otra para un centro de avistamiento de aves y otra para Obimasa.

El perímetro interior del edificio seguirá teniendo uso público y servirá para acoger a los visitantes que quieran conocerlo por dentro, como el pasillo que lo circunda por fuera. El cuerpo trasero del edificio quedará destinado para la consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos.

Para conseguir su reacondicionamiento se realizarán obras de adecuación del edificio que incluirán una nueva distribución de espacios, instalaciones, acabados, revestimientos y restauración de carpinterías, entre otras.

“La línea de actuación del proyecto se basa en sugerir, esas nieblas o confusión generadas por las condiciones climáticas, en el interior del edificio”, explica Juan Miguel Rocher en su proyecto. Para ello ha proyectado unos cerramientos de vidrio que independizan los diferentes espacios.