La fluidez del tráfico estos días en la carretera de la frontera es fiel reflejo de la interrupción al porteo, vigente del miércoles 13 al domingo 24 de junio por San Antonio y el final del Ramadán. Un periodo excesivamente largo para los negocios que dependen del comercio transfronterizo como se encargan de denunciar cada año por estas mismas fechas.
Estos empresarios expresan su indignación porque, mientras que en el país vecino ya trabajan desde hace tres o cuatro días una vez finalizadas las fiestas, sus comercios tienen que esperar el levantamiento de esta restricción para la reapertura del paso de mercancías ‘Tarajal II’. Apelan a que España, como estado aconfesional, debería acortar los días de inactividad puesto que la Pascua por el final del mes sagrado es –de momento– solo festivo en Marruecos, no en Ceuta, donde incluso el viernes 15 de junio fue laborable. A diferencia de lo que ocurre en la Pascua del Cordero.
Estos empresarios interpretan su duración excesiva como un castigo al sector
La única explicación que encuentran los comerciantes a semejante acuerdo entre España y Marruecos se traduce en un castigo a su sector. Los empresarios están preocupados porque, en 2017, el cómputo de días que estuvo cerrado el ‘Tarajal II’ fue elevado.Confían en que la nueva delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, dé un nuevo rumbo a la situación porque se lamentan de que llevan un año y medio perdiendo dinero de su bolsillo.
La Fase II de los polígonos del Tarajal es el principal perjudicado puesto que invirtieron en un plan de seguridad y ahora se encuentran de brazos cruzados durante 15 días por este paréntesis en el funcionamiento del ‘Tarajal II’.
La reapertura del paso de mercancías traerá novedades puesto que la Fase II acordó los protocolos con el anterior equipo de la Delegación del Gobierno. Solo el personal de Servicios Tributarios permanecerá fijo en su puesto y ahora habrá que esperar a las directrices que marque la delegada.