Jornada laborable, pese a que la comunidad musulmana celebraba la Pascua del Sacrificio, la ciudad quedó semidesierta en puntos muy concurridos
Con la comunidad musulmana, es decir casi media ciudad, reunida para celebrar la Pascua del Sacrificio o Aid El Kbir, al calor de la familia, Ceuta vivió ayer una jornada que, lejos de lo que dice la teoría, en la práctica fue casi de fiesta, como si fuera unos de esos días que se marcan en rojo en el calendario y toca descanso. Si bien la comparativa con otras jornadas y situaciones similares deje, a impresión de viandante, una ligera diferencia: al menos en el centro de la ciudad, se sentía algo de bullicio, trajín que evitaba que la ciudad estuviera, como en situaciones anteriores, absolutamente desierta.
En cualquier caso, la ciudad mostró un ritmo menor al rutinario, un funcionamiento a medio gas que, debido a la comunión habitual existente entre personas de distintas creencias y culturas, ‘afectó’ a todos los ceutíes. Así, a modo de ejemplo el Mercado Central estaba desierto y cerrado a cal y canto en un noventa por ciento, exponente muy gráfico de la situación general, de esa sensación (de esa certeza) de que la ciudad estaba cerrada por fiestas, realidad que era patente en casi todas las esquinas: peluquerías, cafés o bazares con la persiana echada; paradas de taxis semidesiertas; o establecimientos que estaban abiertos pero con apenas clientela.
Acerca del servicio de taxis, sin embargo, José Luis Mercado, presidente de Radio Taxi, señaló que “si bien el bajón es evidente, creo que estamos dando un servicio muy digno”, punto de vista similar al que la Ciudad mantuvo acerca de si alguna de sus dependencias habían quedado ‘desatendidas’ sin el personal musulmán, de fiesta por la Pascua: “El trabajo se ha realizado como una jornada laborable, como lo que era, y en buena medida se debe a una correcta planificación que ha permitido una reorganización en aquellas unidades, como Obimace o Brigadas Verdes, que, a priori, pudieran haberse visto afectadas”.
“Esto se tiene que arreglar de una vez y lo digo con el máximo respeto a todo el mundo”, señaló Ernesto Valero, presidente de Centro Comercial Abierto, “pero creo que es lógico fijar una fecha, que haya fiesta y que no ocurra, por tanto, esto de que sea festivo pero sin serlo en realidad hasta el día próximo, pues afecta mucho a las tiendas”.
De regreso al Mercado Central, a su planta inferior, se podían apreciar puestos de pescado, fruterías, pastelerías árabes o aquéllos que habitualmente venden especias para cuscús o pinchitos morunos totalmente cerrados, y por tanto sin apenas gente yendo y viniendo de un lado a otro.
En Gran Vía, ¿había cafetines abiertos? El cincuenta por ciento. Porque mientras bares como ‘Mis amigos’ estaban abiertos, sitios muy concurridos a diario por los ceutíes como ‘Gini’ permanecían cerrados, estampa que sirve de metáfora de la realidad que vivió una ciudad que ayer amaneció y continuó durante la jornada a medio gas.
Juzgados y colegios
La llegada al calendario de la Pascua del Sacrificio, y la consiguiente celebración de multitud de vecinos ceutíes, se notó también en dos de las administraciones más concurridas de nuestra ciudad, la educativa y la judicial. Así, tal y como informó personal docente del CEIP Rosalía de Castro, sito en la barriada de La Libertad, solo fueron a clase tres alumnos de Primaria y cuatro de Infantil, cuando el total habitual es de 220. Ocurrió algo similar, aunque no de una manera tan notoria, en el CEIP Lope de Vega, donde, según señalaron en este caso padres de escolares, la media fue de ocho alumnos por clase de un total de 28.
Por último, acerca de la incidencia que el fin de Ramadán tuvo en el sector Justicia de la ciudad, cabe destacar que en los distintos juzgados que existen y que se integran de manera dispersa en edificios que se encuentran en diferentes calles, el trajín fue menor al habitual, siendo así el ritmo muy lento.
Tránsito testimonial en la frontera del Tarajal
Punto álgido cada día, especialmente a primera hora de la mañana, la frontera del Tarajal lucía, sin embargo, en la mañana de ayer como un enclave vacío, apenas transitado, lleno de calma y lejos de toda actividad.
Ante este panorama, esas imágenes diarias de colas extraordinarias y colapso a varios metros a la redonda, así como las sufridas porteadoras desfilando a duras penas, brillaban por su ausencia. Este panorama se volverá a repetir en la jornada de hoy, que oficialmente sí que es día festivo, una jornada marcada en rojo en el calendario.
Si acaso, de haber trajín, éste sería la consecuencia de aquellos ceutíes que desean pasar el día libre en las vecinas localidades de Marruecos.