El pasado jueves se presentó el vídeo promocional de la campaña turística ‘Ceuta.Sí’, que ha sido obra de una iniciativa privada. Ya ayer lo pudimos ver a través de las redes sociales, ofreciendo una serie de imágenes de lo que tenemos en esta tierra y que incluso muchos de los que aquí pasamos la práctica totalidad de nuestras vidas desconocemos.
Sin duda el esfuerzo de la gente que ha estado detrás del vídeo ha merecido la pena. Lo primero que hice ayer fue compartirlo para que los peninsulares que tengo fichados en facebook lo vean y al menos puedan imaginarse lo que también hay por aquí.
No obstante hay que ser realistas. Vivir engañados es lo peor que uno puede hacer, creerse sus propias mentiras es el drama que en buena parte ha marcado y, me temo, marcará el devenir político-turístico de esta ciudad. Conseguir que el turismo llegue a Ceuta resulta complicado con las trabas que la propia administración pone en el camino. El lastre, lo sabemos, es el barco. A todos nosotros nos han llegado familiares de la península a los que les ha costado un ojo de la cara embarcar para vernos. Ahí tenemos el primero de los problemas que se torna insuperable. Después, en Ceuta, descubrimos la triste realidad. Tenemos posibilidades pero nadie ha sabido rentabilizarlos. Una oferta museística que desaparece los fines de semana, una vinculación con el mar que no es permanente salvo actividades esporádicas, una ruta de turismo rural escasamente apoyado por una administración que aún se cree que en esto no hay yacimientos por descubrir, una falta de servicios públicos comunes que echa para atrás a determinados colectivos (recuerden las protestas de los cada vez más asiduos a los viajes en caravanas)...
Pueden ustedes continuar con la lista para añadir lo que quieran. Ceuta tiene potencial pero no ha dado con la tecla en una política turística que ahora parece que se ha descubierto con los 60.000 euros del Príncipe. Perdonen, los que criticamos este gasto debemos estar equivocados o formar parte del bloque contestatario que no quiere a Ceuta. En fin. Lo que hay que oir o leer.
Me quedo con esta grabación que, por cierto, es preciosa (enhorabuena a sus autores), con el lamento de ver cómo la incapacidad manifiesta de todos los que, con mando en plaza, han pasado por la gestión política del área han causado que la belleza de sus imágenes se queden atrapadas en el deleite de los que aquí nos quedamos.