Si mis fundamentos no estuviesen hoy asentados sobre una firme y clara reflexión que se retuerce en los años de contacto y en los sentimientos de odio mutuo, es ciertamente seguro que no te merecerías, ni por error, ser el protagonista de esta historia que te empeñaste en librar, en definitiva, no perder en nombrarte ni un solo segundo de mi existencia. Aunque ese hálito de vida que hiciste reducir con el paso de los días, no llegó a generar ni siquiera pena, mas bien un pensamiento de rechazo a esa actitud de cobardía, por que, si no recuerdo mal ¿no eras tú el gudari ejemplar?. Jose Ignacio de Juana Chaos, terrorista del comando Madrid, preso político vasco de corte a imitar, asesino despiadado, líder y mártir por la causa. Perdido en tu propia intolerancia, despreciaste la educación juvenil recibida por unos buenos padres, dando paso a ese odio irrefrenable hacia los militares, profesionales de uniforme… pero especialmente “por los militares”.
Hoy he vuelto a recordar tu andadura terrorista sin olvidar a todos aquellos que fueron tus compinches y que, por satisfacción personal, derramasteis la sangre de personas que utilizaban la palabra. Es dificil de entender que terroristas como Jesús María Zabarte Arregui “El carnicero de Mondragón”, puesto en libertad cuando la amnistía del año de 1977 y reingresado seis años después con nuevos asesinados a sus espaldas, se encuentre ahora y desde hace años en libertad, sin importar que estuviese condenado a miles de años. Como esta rata, Arburúa, Oregui, Anza, Sainz Lobato y cientos de ellos que, poco a poco, van dejando su encarcelamiento utilizando para ello la vía Nanclares de Oca. Condenados a cientos de años, se les ha concedido la libertad sin hacer el pago a la justicia que por malicia le correspondía.
Estos indeseables y que fueron dispersados por los Gobiernos de PP y PSOE, debido principalmente a su mal comportamiento en el interior de las prisiones donde celebraban asambleas, hoy se busca la fórmula de que, los que aun están dispersados, reciban la visita de sus familiares pagados por el Parlamento Vasco, fundamentado en una Ley de solidaridad con los mismos y así paliar los gastos de sus entristecidos padres, madres y primos. Así lo manifestó su Presidente Iñigo Urkullu, ungido de dolor, en una reunión que se celebró en el año de 2006 en la ciudad de Sevilla y donde fue abucheado por las numerosas viudas de víctimas que allí se encontraban. Después de una veintena de años, Urkullu y cinco miembros vascos, se personaban en la ciudad para pedir perdón por todas las muertes que habían ocasionado sus asesinos.
Hace unos años, las víctimas de Ceuta, fueron citadas en un hotel de esta ciudad, lo hizo la entonces Presidenta de la Asociación de Madrid, con el fin de informarles sobre una reunión que había mantenido con el Presidente de la Ciudad en la que, una de las premisas o promesas, según la citada, era elaborar una Ley de Solidaridad que paliara, de alguna manera, las necesidades que los mismos soportaban y que, para algunos, podía solucionar gran parte de los problemas que reclamaban. La satisfacción de aquellas personas lesionadas en lo mas profundo de su ser, tenía su razón de ser porque lo relatado les iba a beneficiar. Una voz no silenciosa se alzó como protesta por aquella afirmación poco creible porque sabía que, aquello, era un brindis al sol. En una acalorada discusión, aquella voz manifestó su parecer ante semejante imposibilidad porque los trámites y la voluntad de hacerlo no conjugaban intenciones positivas, por un lado por la falta de interés y por otro porque, al ser Ciudad Autónoma, hacer una ley de apoyo a las víctimas era inviable. En una discusión totalmente innecesaria, la Presidenta quitó la palabra al único reunido que alzó su voz, por lo que éste abandonó aquella reunión improcedente. Lo cierto es que, con la intervención del Senado, la ley de solidaridad con las víctimas de Ceuta podría ser factible. Pero no se hizo…
Con el paso de los años, fueron naciendo asociaciones de víctimas siendo la primera la ubicada en Madrid. Por ser selectiva y exigir numerosas pruebas a personas que habían sufrido en sus carnes la lacra del terrorismo, se fueron creando nuevas asociaciones en distintas Comunidades Autónomas que acogieron, sin necesidad de probar, lo que era tangible. Hoy día, las víctimas están protegidas por su Comunidad Autónoma mediante leyes de solidaridad con las mismas. Todas menos la de Ceuta y que sus víctimas, en diferentes ocasiones, fueron citadas por algún que otro Delegado del Gobierno y que últimamente no ocurre. Son víctimas que se encuentran sumidas en una espiral “cuya últimas de sus vueltas contiene a la anterior y predice su forma”.
De aquella reunión con la presidenta de la Asociación Víctimas del terrorismo de Madrid, no se sacó ninguna conclusión beneficiosa para las víctimas. Solo queda decir que aquella VOX, perdón voz y que abandonó aquella cita, “fue la mía”.
Triste el recorrido que hace el autor sobre los recuerdos de su tensa relación con el odioso asesino , de Juana Chaos y sus adláteres. Pero no menos decepción con el trato recibido por las víctimas del terrorismo de la Ciudad Autónoma de Ceuta.
Una voz de denso volumen he percibido con ganas de llegar lejos, aunque la ocasión de
manifestarse la tuvo en una estéril reunión de una fallida Asociación de Víctimas; la abandonó después de observar una vez más, la falta de principios y valentía de aquellos que deberían gritar por el.