Son momentos difíciles los que está atravesando Ceuta. Probablemente los más complicados de su historia y la ciudad, su Gobierno y sus ciudadanos, han estado a la altura de las circunstancias. Son de agradecer los mútiples apoyos de aquí y allá y las numerosas visitas con las que hemos contado de una forma casi continuada por parte del presidente del Gobierno, de secretarios de Estado, de líderes de distintos partidos de peso nacional, pero del dicho al hecho no pueden distar ni tiempo ni recursos.
La Ciudad ha ofrecido todo lo que estaba en su mano y en sus posibilidades, pero lo cierto es que el continuo deambular de menores y adultos que reclaman comida, alimento, a cada puerta de supermercado, a cada paso de una plaza, la multitud de asentamientos ilegales que se están dando en la ciudad, la enorme presión migratoria en el puerto, donde las batidas se hacen día sí y día también, generan mucha controversia y hastío en la Ciudad y los ceutíes.
El Ayuntamiento ha habilitado naves para agrupar a los marroquíes que aún permanecen en la ciudad y que Marruecos no admite por estar la frontera cerrada y por negarse a cumplir acuerdos. Ha creado centros de acogidas de menores de la nada, para asegurar que se cubran las necesidades básicas de los más vulnerables, los niños, para que tengan un techo, una cama y comida.
A pesar de los esfuerzos, no se puede asumir este coste, calculado en unos 3 millones de euros mensuales, para atender a una población de 3.000 marroquíes que aún permanecen en la ciudad; de estos, 1.500 se calcula que son menores.
Y es que el ‘golpe’ que Marruecos ha asestado a Ceuta no puede ser tildado de menos que de gravísimo. La situación desborda a Ceuta y es tan súmamente complicada que urge la acción inmediata del Estado para evitar que todo empeore y la situación se convierta del todo en insostenible, que es lo que todos tememos.
Para intentar controlar la situación es indiscutible que Ceuta necesita la intervención del Estado porque la circunstancia que presenta es de auténtica presión, por eso a pesar de los anuncios llevados a cabo urge que se vean acciones concretas, es decir, hechos que mejoren la realidad local.
La reacción institucional que estos sucesos ha tenido tanto por parte del Gobierno de la Nación como de las instancias europeas ha sido valorada ya que se dejó “claro, y de forma rotunda y sin matices, que para España y Europa, Ceuta forma parte indisoluble de España”.
Ahora Ceuta necesita soluciones y las necesita ya. Necesita que se concreten porque la ciudad no ha vuelto a la normalidad ya que sigue viviendo una situación excepcional respecto a lo de antes de mayo. Y es que los hechos de los que aún colean las consecuencias han sido gravísimos, y así lo ha expresado el presidente Vivas en su comparecencia ante los medios, reclamando una ayuda urgente y necesaria de acuerdo a los distintos anuncios que ha realizado el Gobierno de la Nación para ejecutar, de una vez por todas, todo lo que con tanto afán se anunció: un plan extraordinario que signifique mejora de dotaciones, medios, recursos para avanzar en la calidad de los servicios públicos esenciales como educación, sanidad, políticas sociales… y para promover el desarrollo económico y apoyo a los empresarios que han sabido adaptarse a las circunstancias, tal y como ha recalcado el presidente de la Ciudad, cuando ha hecho valoración de los compromisos anunciados.
Es el Gobierno de la Nación el que tiene la capacidad, la obligación y los medios para ayudar. Ceuta no puede soportar la bolsa de marginalidad que ha llegado ni puede hacer frente a ella con los recursos de los que dispone, más tratándose de un problema que va más allá de nosotros mismos, es un problema de España y de Europa, no solo de Ceuta.
bueno, ya somos conscientes de la mentira como forma de hacer política y gestionar un país. En España es más importante el indulto de personajes justamente condenados que la injusticia que sufre todo un pueblo por un acto hostil cometido por otro país en suelo español. Espero que de ésta espabilemos.