Cuando algo limita la libertad hablamos de una barrera y cuando esa libertad es la de poder moverse, se llama barrera arquitectónica. Ceuta sigue siendo una urbe de barreras para su ciudadanía pese a que hace ya más de 30 años la Constitución Española recogía en su artículo noveno la obligación de los poderes públicos de promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas.
Bonitas palabras, escasos hechos. La presidenta en Ceuta del Comité Español de Representantes de Minusválidos, Mercedes Medina, está satisfecha con la medida de no reducir el presupuesto para sus programas y proyectos que engloba la entidad, pero insatisfecha con una realidad “que sigue estando ahí y que seguiremos luchando por cambiar”. Medina habla claro. Parece que todos se han olvidado de la Comisión de Sensibilidad para reducir las barreras arquitectónicas en la ciudad, “un buen paso para solventar el problema”. Asegura que queda mucho trabajo que hacer y que la realidad es que las buenas intenciones se han quedado sobre el papel. No han ido más allá. El acuerdo proponía la revisión por parte de la comisión, de todas las obras y proyectos que se fueran aprobando para contar con el visto bueno desde el punto de vista de la adaptabilidad a las personas con capacidad reducida de movimiento.
Como si se oyera llover. “Aún a día de hoy siguen realizándose obras sin tener en cuenta la eliminación de estas barreras, se siguen haciendo aceras altas que obligan a ir por la carretera a las personas en silla de ruedas, mañas señalizaciones para los ciudadanos invidentes... en definitiva hay mucho trabajo que hacer”. La primera, conseguir la sensibilidad de la ciudadanía y de los representantes políticos.
Y a partir de ahí, trabajar en conjunto. El Cermi va a seguir trabajando para conseguir que Ceuta sea una ciudad sin trabas, al menos a nivel de barreras para discapacitados. La ley les da la razón. El mandato constitucional, la Ley de Integración Social del Minusválido destina ocho artículos a regular la prevención y supresión de barreras en los ámbitos de urbanismo, edificación y transporte. El año pasado se ha conseguido contar con un taxi adaptado, un número aún insuficiente pero una buena noticia. Algunas zonas y edificios se van adaptando, pero el trabajo que queda por hacer sigue siendo aún enorme. “Lo primero recuperar la comisión para que se cumpla”.