Ceuta protege su entorno a través de la
Red Natura 2000. Un proyecto de ámbito europeo con el que se trabaja para cuidar las zonas especiales de conservación (ZEC) y las
zonas de especial protección para las aves (ZEPA’S). El objetivo final no es otro que garantizar el mantenimiento o, en su caso, el restablecimiento en un estado de conservación favorable de los tipos de hábitats naturales y de los hábitats de las especies en su área de distribución natural. Concretamente, en Ceuta hay dos zonas de especial protección para las aves: Una en
Benzú-Calamocarro y, otra, en los acantilados del
Monte Hacho.
Obimasa es la encargada de gestionar el cuidado de estas zonas. “Todas las actividades o proyectos que afectan al espacio contemplado en la Red Natura 2000 pasa por manos del equipo de Obimasa, que se encarga de evaluar cada acción y de supervisar su desarrollo”, explica Francisco Javier Martínez, el biólogo de Obimasa. Según Martínez, desde 2007 que se incluyera a Ceuta en esta Red se han ido tomando medidas preventivas, revisando proyectos y desarrollando actuaciones para conservar, mejorar o incluso restaurar el entorno. Queda pendiente, sin embargo, contar con un Plan de Gestión, actualmente pendiente de retomar su elaboración. Unos documentos, donde se determinarán las medidas de conservación, el régimen de aprovechamiento sostenible del patrimonio natural y la integración de los requerimientos de conservación, uso y restauración del patrimonio natural en el resto de políticas sectoriales. Entretanto, la maquinaria no deja de funcionar en pro de la conservación de nuestro entorno. A través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea hay un componente (el 4) para la Conservación de la Biodiversidad Terrestre y Marina. En este ámbito, la Consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos estableció las propuestas a integrar en esta línea y Obimasa se encarga de su desarrollo técnico, con proyectos con objetivos y presupuestos determinados. Con un presupuesto de 1.100.770 euros, hay programadas 5 actuaciones y, según Martínez, algunas ya están próximas a ejecutarse. Concretamente, las intervenciones son: Conservación de hábitats en Red Natura 2000 Terrestre, una actuación destinada a que terrenos ubicados en la zona de Calamocarro-Benzú, con hábitat degradados, se recuperen, eliminando especies exóticas invasoras e introduciendo elementos autóctonos; Conservación de la biodiversidad marina, que se realizará en el espacio de la zona marítima del Monte Hacho y que consiste en la rehabilitación de hábitat afectados por restos de hidrocarburo antiguos; restauración de zonas incendiadas en Calamocarro- Benzú, saneándose los restos, y eliminando las especies exóticas invasoras que han proliferado tras el fuego; repoblación de ecosistema en el Monte Hacho, en la parte de la cala del Desnarigado, donde hay una presencia importante de especies exóticas invasoras que están alterando estos hábitat naturales marítimo-terrestres, y creación de elementos de conectividad, importantes para la conexión entre espacios protegidos, “porque no tiene sentido aplicar una política de conservación en espacios cerrados sin tener en cuenta lo que ocurre fuera. Las especies se mueven y no entienden de limites administrativos, por lo que hay que tenerlo presente, colocando parches de vegetación natural de hábitats autóctonos que tengan un beneficio en los hábitat y especies de la zona protegida de Calamocarro y Benzú”, concluye.