Este ceutí, casado y con dos hijas -Andrea y Paula-, se pasa el tiempo en su consulta veterinaria “Fauna”, donde atiende todo tipo de mascotas, y el tiempo libre lo dedica a subir al monte para observar las aves, ya que reconoce que Ceuta es un sitio privilegiado y desconocido para ver el paso de miles de aves, sobre todo migratorias.
Ex coordinador de SEO en la ciudad entre los años 2003 y 2004, en invierno suele estar en las playas viendo las gaviotas o participando en actividades de medio ambiente mientras que en la primavera-verano acude a la estación de anillamiento de Punta Blanca para colaborar con el conteo y observatorio de todas las especies que tienen en Ceuta un lugar de paso obligado.
–¿Te atraía la naturaleza desde pequeño?
–Sí, me pasaba todo el tiempo libre buscando bichos por el campo porque era un fanático del documental “El hombre y la tierra” de Félix Rodríguez de la Fuente, era un fans de la serie.
–¿Qué te decían tus padres?
–Me llevaba mis regañinas porque solía ocultar en casa saltamontes, ranas o sapos, lo cual no sentaba bien cuando los descubrían mis padres. Sin embargo, mi afición por los animales hizo que me consintieran tener siempre mascotas, desde perros y gastos hasta conejos, algún mono y hasta una cabra pero no duraban mucho tiempo por las limitaciones de espacio.
–¿Te inculcó alguien tu pasión por los animales?
–No, en mi familia no había ningún antecedente, por lo que creo que uno nace con una singularidad particular y luego la desarrollas o no siempre que puedas. En mi caso siempre me ha gustado la naturaleza y los animales, leía muchas revistas, libros de naturaleza y siempre observaba a todos los bichos.
–¿Cuándo decides dedicarte profesionalmente?
–Cuando terminé los estudios estuve un año en Granada haciendo Biología porque había terminado la selectividad en septiembre y no podía irme a estudiar Veterinaria a Zaragoza, lo cual hice al año siguiente y estuve cinco años en tierras zaragocistas.
–¿Resultó la carrera tan especial como pensabas?
–Lo afronté con muchas ganas y ilusión pero el primer curso es un año insulso o desilusionante porque el plan de estudios era como un COU más intenso, con mucha teoría, donde sólo tocabas cadáveres de perros o ovejas para prácticas de anatomía. El segundo curso fue casi peor que el primero porque queríamos tener más contacto con los animales pero no fue así, de ahí que hasta tercero de la carrera no empiezas a darte cuenta de que estás estudiando veterinaria.
–¿Para qué te sirvió entonces la universidad?
–Lo principal eran las prácticas que hacía todos los veranos en clínicas veterinarias de Zaragoza ya que siempre había bolsas de trabajo y eso me permitía trabajar, motivo por el cual sólo podía estar en Ceuta un par de semanas en agosto. Tuve la posibilidad de haberme quedado a trabajar en Zaragoza porque me llegaron ofertas pero me vine para la ciudad para hacer el servicio militar.
–¿Encuentras en Ceuta una buena salida?
–Cuando acabé la mili me casé porque era una carrera de difícil salida en esta ciudad ya que a nivel privado es complicado. Por este motivo, empecé a trabajar con mi padre como conductor de taxis hasta que me contrataron dos años de jardinero en el Parque Marítimo, donde empecé a sentirme realizado.
–¿Y cuándo trabajas en ‘lo tuyo’?
–En el año 1999 me contrataron en una clínica veterinaria y estuve cinco años. Al principio tenía las dudas de saber si estaba bien preparado para curar o diagnosticar pero con el tiempo gané en confianza y supe que era capaz de resolver los problemas. A finales del 2004 dí el salto para independizarme y establecí mi propia consulta veterinaria, pasando a ser empresario al mismo tiempo.
–¿Es Ceuta un observatorio privilegiado de aves?
–Podemos presumir de ser un mirador o un balcón para observar la migración de las aves, lo que se produce dos veces al año, una en verano con el retorno a África y luego a finales de invierno cuando vuelven a Europa. De pequeño disfrutaba de la naturaleza pero desconocía este fenómeno migratorio que permite ver miles de bandos de águilas, cigüeñas o milanos.
–¿Por qué se desconoce tanto este fenómeno?
–No sé pero la gran mayoría de los ceutíes siguen sin conocer este privilegio de ver las aves, lo cual crea una falta de identidad con el fenómeno y que seamos deficitarios en educación ambiental. Sabemos que somos muy singulares y particulares pero se desconoce esa singularidad medioambiental, lo cual es una pena.
–¿Sería una forma de explotar el turismo?
–Sí, el turismo ornitológico puede ser importante y aquí estamos en pañales ya que sólo a nivel particular o de algunas asociaciones como SEO le damos el valor que se merece.
–¿Qué papel desempeña la SEO?
–Somos pocas personas interesadas en el estudio de las aves pero sí recogemos datos sobre las migraciones o censos de algunas especies. Lo principal es el anillamiento en la estación de Punta Blanca y luego hacemos jornadas de anillamiento en el Arroyo de Calamocarro y en el azúd del Infierno, todo ello repartido a lo largo de las diferentes estaciones del año.
–¿Aconsejarías más interés por las aves?
–Sí, somos conocedores del paso de las aves pero no sabemos mucho más, a nivel general. Ahora con internet es fácil conseguir información de todo tipo y no hace falta ser un fanático para saber que Ceuta es un lugar idóneo para ver el paso de grandes aves planeadoras en un flujo que visualmente resulta muy gratificante. La verdad es algo que vale la pena observar.
“La mayor parte de las mascotas enferman por una mala alimentación y por no saber cuidarlas”
veterinario. En su condición de veterinario, Miguel Ángel Guirado reconoce que nuestra ciudad tiene una alta densidad de mascotas y que la mayor parte de las enfermedades se producen por una mala alimentación y un lugar inapropiado para su permanencia.
“Es sorprendente que con el territorio tan reducido que tenemos exista una elevada densidad de mascotas ya que estamos hablando de entre 7.000 y 8.000 censados, sin contar algunas especies como conejos, reptiles, peces y otros de similares características, por lo que la cifra se dispararía mucho más ya que Ceuta es una ciudad con gran cantidad de animales de compañía”.
En relación a las patologías más frecuentes que son atendidas en su consulta especifica que “depende de la especie pero en el caso de los perros y los gatos son por problemas de dermatología y oídos así como muchos digestivos y reproductivos. Por su parte, en las aves la gran mayoría son problemas de piel y plumas por una mala alimentación, lo que produce otras patologías asociadas. Finalmente, en el caso de los reptiles el mayor problema de los propietarios es tenerlos en condiciones inadecuadas a unas temperaturas no idóneas y de radiación correctas para desarrollar su fisionomía normal, es decir, las condiciones inadecuadas de mantenimiento son las que producen el mayor número de atenciones”.
A la hora de destacar el mayor porcentaje de animales que pasan por sus manos afirma que “tratamos todo tipo de animales porque atendemos hasta roedores exóticos pero el mayor número de casos son para atender a perros y gatos”.
Agradece “la gran suerte de que mis padres me pudieron sufragar los gastos de la carrera y ahora desempeño lo que más me gusta, lo cual es suficiente para estar satisfecho”.