Dos años después, el Simpecado vuelve a colocarse en la carreta que pondrá rumbo a la Basílica del Rocío, en Almonte, a partir de mañana. Pero antes, no ha podido faltar su misa de romeros. Esta vez con una estampa única, ya que se ha celebrado la ceremonia al aire libre frente a la Parroquia de la Virgen de África de Ceuta. Además, como otra novedad, no se ha hecho en la misma jornada que comienzan la peregrinación, sino un día antes. No obstante, cabe decir que la Hermandad de Ceuta está de celebración en este 2022 ya que cumplen el 35 aniversario fundacional.
Los fieles, ellos vestidos de corto y ellas de flamenca, han permanecido sentados en las sillas para escuchar las palabras de Francisco Jesús Fernández, quien es el Vicario de Ceuta. Otros han quedado de pie. Asimismo, a esta misa especial han acudido autoridades de la Ciudad, encabezada por el presidente Juan Vivas, así como representaciones de las distintas Hermandades y el Consejo. Todos ellos sentados en las primeras filas, cerca del altar que se ha improvisado para este momento.
Esta misa también ha tenido el acompañamiento musical del coro, quienes han entonado algunas canciones típicas de esta festividad. Sus integrantes han puesto color, armonía y se han visto acompañados de un tamborilero y flautín. A este acto no le ha faltado detalle alguno, ni siquiera esa ofrenda floral que se ha hecho a la propia Hermandad. Símbolo de agradecimiento.
Tras finalizar la Eucarística dominical y romera, ha llegado la segunda parte. Antes de dar comienzo, algunos han aprovechado para hacerse fotos frente a la carreta. Minutos después, esta ha comenzado a marchar por las calles céntricas de la ciudad. Como si de un cortejo se tratase, se ha organizado fila con autoridades y representantes. También, la banda de música agrupación ‘Caído y Amargura de Ceuta’ han puesto la banda sonora.
La calle Real se ha engalanado con guirnaldas de colores blanco y verde. En este lugar, casi al comienzo tras dejar atrás la Gran Vía, la academia de baile Allegro ha querido poner su granito de arena con la actuación de sus alumnas. Bailes de sevillanas, todo acorde a lo que ha sucedido y con mucho arte.
Sentimientos encontrados, emociones que se han dejado ver en los rostros de los allí presentes. El Rocío vuelve a ser una realidad y la Hermanad de Ceuta, quien se convierte en estos momentos en embajadora de esta ciudad, ya está preparada para soñar con los pies en la tierra, en las arenas del camino y con encontrarse con la Blanca Paloma frente a las Marismas del Guadalquivir.