Ceuta, tradicionalmente una de las autonomías más destacadas en materia de radicalidad yihadista, terminó 2018 sin que las fuerzas de seguridad realizasen alguna detención por delitos relacionados con el terrorismo. “Ello no quiere decir que haya desaparecido el riesgo ni que los focos de peligro se hayan desplazado a otras zonas”, concluye el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo en su último balance estatal.
Si Cataluña, año tras año, es la comunidad con mayor cifra de detenidos, tradicionalmente le siguen Madrid, Ceuta y Melilla, que representan los siguientes focos más relevantes de radicalidad yihadista. La sorpresa de 2018 fue que ni en Madrid ni en las ciudades autónomas se practicaron arrestos, según los datos que baraja la entidad.
“El azar ha querido que en 2018 no hubiera detenidos en esas comunidades, pero eso es un resultado coyuntural que puede cambiar en cualquier momento. Haría falta disponer de series más largas de datos para considerar que Madrid, Ceuta y Melilla han dejado de ser focos de peligro potencial”, precisa el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo con sede en Vitoria.
A lo largo del pasado año, la Audiencia Nacional señaló un total de 23 juicios contra 43 acusados de diversos delitos relacionados con el yihadismo.
Entre los fallos judiciales reseñables cabe mencionar la condena a dos personas detenidas en Ceuta por un zulo con armas en 2017. Finalmente, la Audiencia Nacional ha dictado en 2019 sentencia absolutoria favorable a ambos porque “no ha resultado probado” que los encausados participaran de una manera permanente en los fines de la organización terrorista Daesh ni que formen parte de ella.
El menor que cayó en el extremismo
En otra resolución judicial de noviembre de 2018, también de la Audiencia Nacional, la ciudad autónoma volvió a figurar entre sus páginas. Se trata de la sentencia al ciudadano marroquí H.J., condenado por el delito de enaltecimiento del terrorismo en las redes sociales a dos años de prisión, aunque la pena fue conmutada por la expulsión de España durante seis años.
El acusado entró en 2013 en Ceuta cuando era menor de edad. Al llegar a la mayoría de edad regularizó su situación y se trasladó a Madrid, donde fue detenido. Un hermano suyo falleció combatiendo en Siria.
Los sospechosos de yihadismo detenidos en España el pasado año eran originarios de seis países distintos, aunque la mayoría de ellos tenían nacionalidad marroquí.