El Pleno se expone pasado mañana a un nuevo episodio de disputa cruzada interesada entre dos supuestos bandos contrapuestos, cada uno con una religión, con una cultura, con una lengua, con un color de piel... De la Sesión debería salir no una condena parcial de determinado terrorismo o de una intolerancia en concreto. Hay que repudiar la cristianofobia y los atentados contra iglesias de Nigeria, por supuesto, como plantea Vox, pero también cualquier otra forma de agresión por motivos religiosos u otros.
Sería positivo que, tras tantas polémicas ficticias y espantosos ridículos ante el resto de España, la Corporación se pusiera de acuerdo en algo tan básico como lo que plantea el MDyC: “Condenar cualquier acto terrorista indistintamente del lugar de procedencia”; “instar al Gobierno de España a adoptar todas las medidas necesarias para garantizar, tal y como se articula en nuestra Carta Magna, la libertad ideológica, religiosa y de culto, de todas las confesiones con las que existen Acuerdos”; y “apostar firmemente por el carácter multicultural de nuestra ciudad, característica esencial de Ceuta”.