La Ciudad renueva el Voto de Gracias a Nuestra Señora de África con un acto lleno de simbolismo y que recuerda la protección divina en la epidemia que afectó Europa.
Como cada 9 de febrero, la Ciudad Autónoma, un año más con el presidente Vivas a la cabeza, renovó en la mañana de ayer el Voto de Gracias a la Patrona y Alcaldesa Perpetua de Ceuta, Santa María de África, tradición que se remonta a 1651 y que implantó el conde de Torres Vedrás para agradecer que Ceuta no se viera afectada por la epidemia de peste que asoló el occidente europeo.
El acto, tradicional, simbólico, profundo, hermoso, se celebró a las 13:00 horas en la Iglesia, si bien justo antes y por espacio aproximado de un minuto, acompañada por el repicar de campanas que atronaba en la plaza con encanto, una comitiva de autoridades civiles salía de la puerta del Palacio de la Asamblea, rumbo al templo; en la puerta, aguardaban autoridades eclesiásticas, como el vicario general, Juan José Mateos, o el hermano mayor de la Cofradía de Caballeros, Damas y Corte de Infantes de Santa María de África Coronada, José Antonio Fuentes Viñas, y castrenses, a cuyo frente estaba Sancho Sifre, comandante general, así como fieles vecinos ceutíes.
Después del conde de Torres Vedrás, a la cabeza de la Ciudad en 1651, renovó el voto el marqués de Campo Fuerte (1743), el Ayuntamiento (1937) y, a partir de 1996, la Asamblea de la Ciudad, rememora la historia –que ayer, pues, sumó un nuevo episodio– de un acto que recuerda “los favores recibidos de la Divina Providencia, por la intercesión de su Santísima Madre”, que Ceuta venera con el título de Nuestra Señora de África, y “la protección que ha dispensado, dispensa y dispensará a Ceuta y a sus habitantes” Santa María de África, como reza la fórmula tradicional del Voto.
Una vez en el interior de la iglesia, dentro de un acto lleno de liturgia, al que también asistió el delegado del Gobierno, Fernández Cucurull, se llevó a efecto la fórmula tradicional de Voto y la renovación del mismo: “Quiero también ratificar y así lo ratificamos, como se hizo en siglos pasados, la obligación que contrajimos entonces, de celebrar públicamente, cada 9 de febrero, este Voto de Gracias que nos recuerda la protección que ha dispensado, dispensa y dispensará a Ceuta y a sus habitantes. Todo ello, sin perjuicio de la festividad que, desde 1575, viene celebrándose cada 5 de agosto”, señaló Vivas, que concluyó: “Todo ello, lo votamos, prometemos y ratificamos, en nombre de los naturales y connaturalizados que fueron, son y serán de esta Siempre Noble, Leal y Fidelísima Ciudad de Ceuta a 9 de febrero del año 2016”.
Pero más allá de la fórmula tradicional del Voto, el presidente articuló un mensaje comprometido que pidió a la Virgen: “Para pedirte, con toda humildad, que concedas a los gobernantes de esta querida tierra, sabiduría para saber distinguir el bien del mal; fortaleza para elegir siempre el camino del bien, y templanza, ecuanimidad y decencia en la tarea de servir y representar a todos los ceutíes, a todos por igual, sin ningún tipo de discriminación”. “Para pedirte que Ceuta, tu querida Ceuta”, siguió, “sea tierra de prosperidad y de encuentro, un lugar en el que todos los ceutíes nos impliquemos en la irrenunciable aspiración de lograr un futuro mejor para nuestros jóvenes. Para pedirte que en Ceuta nunca prospere el odio, la violencia, el fanatismo o la xenofobia, que en Ceuta, los ceutíes, cualquiera que sea su origen o credo, sigan sembrando la semilla de la paz, la fraternidad, la concordia y la convivencia”, pidió Vivas.