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Al servicio de la II República actuó como espía, pero Cerdeira también fue intérprete y diplomático, así lo explica Mourad Zarrouk en el libro que presentó ayer en la Biblioteca
Su faceta como espía en el Protectorado al servicio de la II República es la que puede despertar más interés en los lectores que se acerquen al libro del escritor marroquí Mourad Zarrouk. Sin embargo, este personaje fue mucho más que eso. Lo deja claro el autor en el título cuando destaca la importancia de Clemente Cerdeira como “intérprete” y “diplomático”.
Zarrouk presentó ayer su libro en la Biblioteca Adolfo Suárez. Es una obra que ha visto la luz después de 18 años de trabajo, una labor que comenzó en 1989, cuando el autor de libro inició la recopilación de información para preparar su tesis doctoral sobre los traductores de España en Marruecos durante la etapa de 1859 a 1939.
Los datos revelaron que Clemente Cerdeira era más que un simple funcionario. Con el tiempo se convirtió en una persona que dominaba y conocía con gran detalle la cultura árabe, tanto su lengua, como las costumbres y la mentalidad de su pueblo. Y también la personalidad de algunos de sus dirigentes. De hecho, propuso varias soluciones al Gobierno para tratar de aplacar revueltas y para conseguir un estado de mayor pacificación. Sin embargo, muy pocas veces sus consejos se convirtieron en realidades. Unas veces debido a que no fueron tenidos en cuenta y otras a causa de la falta recursos o a los medios insuficientes, la mayoría de las soluciones que propuso Clemente Cerdeira no acabaron materializándose.
Estos aspectos están recogidos en ‘Clemente Cerdeira, intérprete, diplomático y espía al servicio de la Segunda República’ cuyo autor, Mourad Zarrouk comentó en la presentación que tuvo lugar ayer en la Biblioteca. Allí, los asistentes al acto, que comenzó a las 20.00 horas, pudieron conocer también algunos aspectos de la labor desarrollada por Clemente Cerdeira. El personaje que centra la obra de Zarrouk se esforzó por intentar salvar la República. Después de la sublevación que dio lugar a la Guerra Civil en que se sumió España desde 1936 a 1939, Cerdeira intentó que las tribus del norte de Marruecos se sublevaran para poner aprietos a las fuerzas militares del bando nacional, que inicialmente tenía en esa zona a sus principales mandos militares.
Ya antes había llevado a cabo acciones de espionaje, una labor que entonces realizaba casi sin medios y con muy escasos recursos. En su libro, Zarrouk cuenta cómo Clemente Cerdeira tenía que ocuparse de las más diversas funciones. Antes del inicio de la Guerra Civil había realizado trabajos de recopilación de información, de propaganda, de reclutamiento de ayudantes, de infiltración en el norte de Marruecos. También hizo propuestas para ganarse a los líderes locales, incluso propuso la creación de una institución educativa como la Academia de Árabe y Bereber en Tetuán. Sin embargo, nunca llegó a materializarse como la había concebido Clemente Cerdeira, un personaje real, que existió, aunque parece sacado de una película de aventuras.